Las Vacas Sagradas

Dr. Chilakill Cuando comenzó el semestre en la Facultad de Derecho, tenía que pensar con qué profesores debía inscribirme, para convertirme en un reconocido jurista, como muchos de los próceres de la educación, que nos favorecen con su presencia. Se decía que el Doctor A, era un especialista de la interpretación y que tenía un gran reconocimiento en en una universidad española. Pero cuando analicé su trabajo, no me pareció algo extraordinario, sino un remedo de los exegetas alemanes, y una imitación muy pobre de la hermenéutica inglesa. Por lo que descarté a ese profesor, pues aunque se ve bonito en el papel el mencionarlo, es como un sticker de unicornio con colores llamativos que colocas para resaltar una nota. Luego, observé que de nuevo estaría el Dr. C., un “caballero” que se cuenta se apropiaba de las investigaciones de sus becarios y colaboradores; que publicaba libros a granel, de todos los temas, pero sin generar una escuela o una idea propia. Sus trabajos eran muy básicos, un...