Victoria Kent y el humanismo penitenciario en México
Por José Ramón Narváez
Afuera de la Sala de Juicios
Orales de la Facultad de derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), está una placa dedicada a las maestras y maestros del exilio español,
hay un nombre ahí, el de Victoria Kent que llama la atención por el apellido y
porque son pocas las mujeres en esa lista.
Victoria Kent Siano (1898-1987) representa una de las figuras más emblemáticas del feminismo jurídico y la reforma penitenciaria en España del siglo XX. Primera mujer abogada en actuar ante un tribunal militar español y directora general de Prisiones durante la Segunda República, su vida se vio marcada por el exilio tras la Guerra Civil. Su estancia en México, particularmente su labor como profesora en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), constituye un capítulo fundamental tanto en su trayectoria profesional como en el enriquecimiento académico mexicano a través del exilio republicano español.
Nacida en Málaga en 1898,
Victoria Kent se convirtió en pionera del derecho español al ser la primera
mujer en ejercer ante un consejo de guerra en 1930, defendiendo al capitán
Fermín Galán tras la sublevación de Jaca. Su carrera política alcanzó su cénit
durante la Segunda República, cuando fue nombrada directora general de
Prisiones en 1931, cargo desde el cual implementó reformas humanitarias
revolucionarias en el sistema penitenciario español.
La Guerra Civil truncó abruptamente su carrera. En 1937, con la República perdiendo terreno, Kent tuvo que exiliarse, iniciando un periplo que la llevaría por Francia, donde organizó la evacuación de refugiados republicanos, hasta llegar finalmente a América, donde desarrollaría una segunda etapa profesional de gran relevancia.
Victoria Kent llegó a México en 1948, integrándose al numeroso contingente de exiliados republicanos españoles que encontraron en el país azteca un refugio generoso bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas y sus sucesores. México no solo acogió a estos intelectuales, sino que supo aprovechar su talento para enriquecer sus propias instituciones académicas y culturales.
En el caso específico de Kent, su expertise en materia penitenciaria y derecho penal la convirtió en una figura especialmente valiosa para las instituciones mexicanas que buscaban modernizar y humanizar su sistema de justicia.
La Universidad Nacional Autónoma de México se benefició directamente del conocimiento y experiencia de Victoria Kent. Durante su estancia mexicana, Kent impartió clases de Derecho Penal en la prestigiosa institución, aportando no solo su formación académica sino también su invaluable experiencia práctica como reformadora del sistema penitenciario español.
Sus clases en la UNAM se
caracterizaron por un enfoque humanista del derecho penal, enfatizando la
función rehabilitativa sobre la meramente punitiva del sistema carcelario. Kent
trasladó a las aulas mexicanas su visión progresista de la justicia, influenciada
por las corrientes criminológicas más avanzadas de la época y por su propia
experiencia práctica en la reforma de prisiones.
Además de su labor docente, Kent desarrolló en México un importante trabajo de investigación sobre el sistema penitenciario iberoamericano. Sus estudios sobre las condiciones carcelarias en América Latina proporcionaron un diagnóstico crítico que sería fundamental para futuras reformas en la región.
Una de las contribuciones más significativas de Victoria Kent durante su exilio mexicano fue la creación y dirección de la Escuela de Capacitación para el Personal de Prisiones. Durante dos años, Kent se dedicó a formar profesionalmente a los funcionarios del sistema penitenciario mexicano, trasladando sus conocimientos sobre administración carcelaria moderna y humanitaria.
Esta institución representó una
innovación en México, ya que por primera vez se establecía un programa formal
de capacitación para el personal penitenciario. Kent diseñó un currículo que
combinaba aspectos jurídicos, psicológicos y sociales, preparando a los
funcionarios no solo para custodiar sino para contribuir efectivamente a la
rehabilitación de los internos.
La escuela se convirtió en un modelo para otros países latinoamericanos y demostró la viabilidad de aplicar métodos científicos y humanitarios en la administración de prisiones, principios que Kent había defendido desde sus inicios profesionales en España.
La presencia de Victoria Kent en las aulas de la UNAM y en las instituciones penitenciarias mexicanas tuvo un impacto duradero en el pensamiento jurídico del país. Sus ideas sobre la función social del derecho penal, la importancia de la reinserción social y la necesidad de humanizar el sistema de justicia influyeron en una generación de juristas mexicanos.
Kent introdujo en México conceptos avanzados sobre criminología y penología que estaban en la vanguardia del pensamiento jurídico europeo. Su enfoque interdisciplinario, que combinaba derecho, psicología y sociología, enriqueció la formación de los estudiantes mexicanos y contribuyó a modernizar la aproximación académica al derecho penal en el país.
La estancia de Victoria Kent en México ilustra perfectamente cómo el exilio republicano español se convirtió en un extraordinario intercambio cultural que benefició a ambas partes. México ganó el acceso a conocimientos y experiencias de vanguardia en materia jurídica y penitenciaria, mientras que Kent encontró un espacio donde continuar desarrollando su trabajo profesional y académico.
Este intercambio fue especialmente valioso en el campo del derecho, donde las ideas progresistas de los juristas republicanos españoles encontraron terreno fértil en una México posrevolucionario que buscaba modernizar sus instituciones. La UNAM, como institución receptora, se enriqueció con perspectivas internacionales que complementaron y ampliaron su oferta académica.
Aunque la estancia de Victoria Kent en México fue relativamente breve (aproximadamente dos años de residencia activa), su impacto se proyectó mucho más allá de su presencia física. Los principios que enseñó, las reformas que impulsó y los profesionales que formó continuaron desarrollando su legado en el sistema de justicia mexicano.
Sus contribuciones académicas en la UNAM se inscribieron en la rica tradición de intercambio intelectual entre España y México, fortaleciendo los lazos académicos entre ambos países y demostrando cómo las circunstancias adversas pueden convertirse en oportunidades de enriquecimiento mutuo.
La experiencia de Victoria Kent como profesora en la UNAM y directora de la Escuela de Capacitación para el Personal de Prisiones representa un capítulo fundamental tanto en su biografía como en la historia de las relaciones académicas entre España y México. Su trabajo en tierras mexicanas no solo le permitió continuar su labor profesional durante el exilio, sino que contribuyó significativamente a la modernización del sistema jurídico-penitenciario mexicano.
La figura de Victoria Kent en México ejemplifica cómo el exilio republicano español, más allá de su dimensión trágica, se convirtió en una extraordinaria oportunidad de intercambio cultural e intelectual. Su legado en la UNAM y en el sistema penitenciario mexicano perduró mucho más allá de su presencia física, demostrando que las ideas progresistas y humanitarias trascienden fronteras y circunstancias adversas.
La estancia mexicana de Kent subraya, además, la importancia de las instituciones académicas como espacios de acogida y desarrollo para intelectuales en situaciones de crisis política. La UNAM, al abrir sus puertas a esta destacada jurista española, no solo cumplió una función humanitaria, sino que enriqueció enormemente su propio acervo académico y su contribución al desarrollo del pensamiento jurídico latinoamericano.
Victoria Kent además es un
personaje del biopic Clara Campoamor. La mujer olvidada (Laura Mañá,
2011)
Acá te dejamos la liga a un
pequeño documental sobre Victoria Kent:
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