Detectives judiciales ciudadanos. Análisis desde la serie You

 


Por Valeria Hernández


La última temporada de la serie de Netflix You expone de manera magistral un fenómeno global poco explorado en el ámbito de la justicia contemporánea: el surgimiento de una nueva generación de “detectives judiciales ciudadanos” que, frente a la corrupción de las instituciones, ha decidió asumir un papel activo en la reconstrucción de la verdad a través de las ventajas de un mundo hiperconectado. Cada archivo, cada captura, cada audio, metadato, puede ser utilizado para obtener justicia.

Para quienes no conocen la serie, You gira en torno a un asesino serial llamado Joe Goldberg que recurre sistemáticamente al voyeurismo digital para seleccionar, conocer, manipular y eliminar a sus víctimas. A través del uso de Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, Snapchat, herramientas de geolocalización del celular, historiales digitales y dispositivos tecnológicos, el protagonista consigue asesinar a sus víctimas y también eludir la justicia. Sin embargo, en la temporada final, la historia toma un giro significativo: un grupo de jóvenes relacionados con los crímenes que ha cometido, frustrados ante la ineficacia de las instancias judiciales, decide asumir por cuenta propia la tarea de investigar y esclarecer los crímenes, configurando así un nuevo sujeto procesal informal —el detective ciudadano.

Joe Goldberg pasa de ser vigilante a ser vigilado. ¿Cuál fue su error? Subestimar el anhelo de justicia por parte de los familiares y amistades cercanas a las víctimas.

En la primera temporada, Joe Goldberg asesina a una famosa escritora llamada Guinevere Beck. Ella compartía muy pocos datos privados en redes sociales así que era poco probable que vincularon a Joe como su asesino. Sin embargo, no contaba con la hipervigilancia ejercida por parte de sus fans, quienes también practicaban el voyeurismo digital. De esta manera, aunque él pensó que no dejó ningún rastro, fueron precisamente esos fragmentos —testimonios dispersos, publicaciones antiguas, ubicaciones indirectas y registros digitales aparentemente insignificantes— los que, con el paso del tiempo, permitieron armar una carpeta de investigación más sólida que la elaborada por las autoridades ministeriales, quienes inicialmente descartaron el caso. Es en este contexto en el cual aparece, Bronte,  fan de la escritroa, quien motivada por el asesinato de Guinevere se dedica a reunir pruebas para reunir las suficientes evidencias que permitan condenar a Joe por sus múltiples asesinatos. Su amplio sentido por la memoria, reparación y responsabilidad social harán que el asesino pague por sus crímenes, pero sobre todo su conexión con fans de la escritora y un familiar de una víctima de Joe.

¿Quiénes integran este colectivo emergente? Principalmente jóvenes de entre 18 y 28 años de edad, pertenecientes a la denominada Generación Z, quienes han crecido en un entorno marcado por la hiperconectividad digital. Este grupo ha desarrollado una relación ambivalente con la tecnología: por un lado, conocen los riesgos asociados al acecho digital; por otro, han optado por reapropiarse de las herramientas tecnológicas para ejercer una forma de justicia no institucional, menos burocratizada y más inmediata.

Esta nueva figura ciudadana se distancia del modelo vertical tradicional del sistema penal. En lugar de confiar exclusivamente en jueces, fiscales o cuerpos policiacos, apuestan por una lógica de vigilancia horizontal, inteligencia colectiva y participación activa. Utilizan redes sociales no sólo para denunciar, sino para reconstruir cronologías, verificar datos, generar evidencia y documentar patrones de conducta que a menudo son omitidos o subestimados por las autoridades competentes.

Lejos de constituirse como activistas formales o periodistas profesionales, estos jóvenes han comprendido que el principal recurso de la justicia ciudadana es la narrativa: no aquella oficial que se redacta en una carpeta de investigación, sino la que se construye colectivamente a partir de múltiples voces, testimonios y experiencias que legitiman la narración. En este nuevo paradigma, el teléfono móvil se convierte en herramienta forense y las plataformas digitales, en espacios de documentación comunitaria.

La serie You no solo expone los peligros de la vigilancia digital como mecanismo de control, sino que plantea una reflexión urgente sobre las transformaciones de la justicia en la era de la información. La figura del detective judicial ciudadano interpela al sistema legal tradicional, desafiando sus límites y proponiendo nuevas formas de participación en la búsqueda de verdad y justicia, pero sobretodo nos invita a pensar que la justicia no requiere estructuras rígidas, sino vínculos solidarios.

Por último, You, es una serie sobre feminicidios, y es por eso que es muy importante analizar cómo la narrativa de las víctimas es  vital para la justicia simbólica, la reparación del daño y el fin del ciclo de violencia que viven los familiares de las víctimas quienes suelen convertirse en victimarios.


Comentarios

  1. Genial relato de Valeria, como siempre, gran placer leerte.

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