Justicia para extraterrestres

 


Por José Ramón Narváez

Imaginar un encuentro con seres de otros mundos nos invita a reflexionar sobre nuestras propias instituciones humanas desde una perspectiva externa. Si tuviéramos que explicar nuestros sistemas de justicia, particularmente el mexicano, a visitantes extraterrestres, tendríamos que hacer un ejercicio de abstracción y síntesis fascinante, ¿por qué no lo hacemos? Creo que podría resultar fructífero.

La justicia terrestre explicada a los extraterrestres

Estimados visitantes de otros mundos, nuestros sistemas de justicia son mecanismos sociales para resolver conflictos y reparar daños cuando se violan las normas establecidas. En México, como en muchas sociedades humanas, partimos de ciertos principios. Buscamos que todos los individuos sean iguales ante la ley. Presumimos la inocencia hasta demostrar la culpabilidad. Procuramos que las sanciones sean proporcionales a las faltas. Intentamos que el sistema tenga controles para evitar abusos de poder.

Sin embargo, la realidad frecuentemente se aleja de estos ideales. Nuestro sistema mexicano enfrenta desafíos como la corrupción, la saturación de casos, la desigualdad en el acceso a representación legal y la impunidad.

La mirada del "salvaje" en Lahontan

Esta conversación con visitantes cósmicos me recuerda a los "Diálogos con un salvaje" del Barón de Lahontan del siglo XVIII, donde un nativo americano hurón llamado Adario cuestiona las instituciones europeas desde su perspectiva "externa".

Al igual que Adario preguntaba: "¿Por qué tienen jueces que se dejan corromper? ¿Por qué las leyes benefician más a algunos que a otros?", nuestros visitantes extraterrestres podrían cuestionar:

"¿Por qué encarcelan principalmente a los pobres? ¿Por qué quien tiene recursos económicos puede evitar la justicia? ¿Por qué las leyes escritas difieren tanto de su aplicación?"

Esta mirada externa nos obligaría a reconocer las contradicciones entre nuestros ideales de justicia y su implementación práctica.

Justicia cósmica en la ciencia ficción

"Adiós al Maestro" de Harry Bates (1940) plantea precisamente este dilema cuando un ser extraterrestre llamado Gnut llega a la Tierra junto a su compañero Klaatu. Tras el asesinato de Klaatu, Gnut debe enfrentar un sistema de justicia terrestre que no comprende la dimensión de sus actos ni la naturaleza de estos seres.

La historia, adaptada posteriormente en "El día que la Tierra se detuvo", sugiere que nuestra concepción de justicia podría resultar provincial y limitada ante inteligencias con perspectivas morales y temporales mucho más amplias. ¿Cómo juzgar a seres cuya comprensión del bien, el mal y la responsabilidad podría ser radicalmente diferente? 

Reflexión final

Explicar nuestro sistema de justicia a extraterrestres no solo nos obligaría a clarificar sus fundamentos, sino también a confrontar sus contradicciones. Quizás, como en los diálogos de Lahontan, la perspectiva del "otro" radical nos permitiría ver con nuevos ojos nuestras instituciones y replantearnos preguntas fundamentales, como ¿Es la justicia un valor universal o cultural? ¿Puede existir un sistema perfecto de administración de justicia? ¿Cómo equilibrar el castigo con la rehabilitación?

Si los extraterrestres tuvieran sistemas más avanzados para resolver conflictos y reparar daños, tal vez nosotros seríamos quienes tendríamos mucho que aprender.

 


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