Comentarios en torno a la película "La otra familia" (2011)
Por José Guadalupe Solís Chico
Ayer entendí que no soy un
espectador, soy un abogado analizando situaciones reales desde la perspectiva
legal. La película La otra familia me hizo reflexionar
de forma importante, no soy litigante pero pretendo serlo y quiero fundamentar
mi participación que intentaré sea lo más breve y concreta. La película amerita un análisis
desde 3 perspectivas:
Primera: La forma como se transgreden los derechos
de la pareja al contraer matrimonio y adoptar, así como la discriminación que
sufren por sus preferencias sexuales, perfectamente evidentes durante toda la
película y que no me detengo a mencionar porque fueron muy evidentes, pero que
además nos pueden distraer de:
Segunda: la manera en que se vulneran los derechos
del niño (Hendrix) y de la madre (Nina) es preocupante, es decir Una madre, atrapada en su adicción a las drogas,
deja a su hijo solo en casa durante días mientras busca la forma de conseguir
más drogas. Esto muestra a un niño en condiciones de abandono, sin alimento ni
cuidados básicos, lo que va en contra de sus derechos fundamentales.
Al analizar la situación, nos damos cuenta de
que el niño es inicialmente víctima de sustracción, pero luego se convierte en
víctima de secuestro, ya que se le utiliza con un fin económico como moneda de
cambio. Aunque hay acciones motivadas por
el amor y el deseo de proteger al niño, se evidencia un conflicto común entre
la moralidad y la legalidad. Aunque el comportamiento es humanitario, no cumple
con las condiciones legales necesarias para garantizar el bienestar del menor
sin infringir la ley. Para mí, esto representa "el
dilema central en la película" y pone de manifiesto la necesidad de un
sistema que equilibre "las necesidades emocionales del menor con el
cumplimiento del marco legal". Las leyes tienen un propósito, y
en este caso, el apoyo que recibió de terceros favoreció su integridad y
estabilidad emocional. Pero, ¿qué pasaría si la situación fuera diferente? La
ley no puede ser un juego de azar donde el interés superior del menor dependa
de la suerte. Además, el vínculo entre los
personajes no es de sangre, sino de amistad, lo que resalta la complejidad de
una situación en la que una red de conocidos interviene informalmente en la
vida del menor, sin seguir los canales legales adecuados.
En la película, aunque Jean Paul y Chema tienen buenas intenciones, sus acciones violan leyes específicas sobre la custodia y protección de niños, es decir:
- Retención del menor sin autorización legal: Jean Paul y Chema acogen a Hendrix sin contar con un permiso legal ni ser los tutores legales asignados. Esto significa que están reteniendo al niño sin el consentimiento de la madre biológica, quien aún tiene derechos legales sobre él, a pesar de su negligencia.
- Ausencia de notificación a las autoridades: En lugar de informar a las autoridades competentes (como el sistema de protección infantil o la policía) sobre la situación de abandono de Hendrix, deciden mantenerlo bajo su cuidado. Esto infringe las leyes que regulan el manejo de casos de menores en riesgo.
- Impedir el contacto con el tutor legal: A pesar de que Nina, la madre biológica de Hendrix, tiene problemas de drogadicción, sigue siendo su tutora legal según la ley. Jean Paul y Chema actúan en contra de esta disposición al impedir que ella acceda al niño, lo que se considera una interferencia con los derechos legales de un tutor.
- Falta de intervención judicial: En situaciones de menores en peligro, las decisiones sobre su bienestar deben ser aprobadas por un tribunal de familia o protección infantil. Al no acudir al sistema judicial para formalizar su custodia, actúan fuera del marco legal.
- Uso de criterios subjetivos: Aunque su intención es proteger a Hendrix, al actuar sin la intervención de las autoridades, ignoran los procedimientos diseñados para evaluar objetivamente las mejores soluciones para el menor, basándose únicamente en su criterio personal.
- Soluciones duraderas: Las decisiones legales buscan ofrecer soluciones estables y sostenibles para el menor, como la custodia o adopción legal, que le brinden un entorno seguro a largo plazo. Actuar al margen de la ley puede generar inestabilidad, incertidumbre y problemas legales que afecten al niño.
- Confianza en el sistema: Aunque los sistemas legales no son perfectos, su existencia proporciona un espacio para apelar y corregir errores. Permitir que las emociones individuales dominen las decisiones podría poner en riesgo la confianza en las instituciones diseñadas para proteger a los más vulnerables.
Tercero: Para un abogado, la objetividad al evaluar La otra familia es fundamental, ya que su función consiste en analizar situaciones desde un enfoque jurídico imparcial. Esto implica considerar la relevancia de las leyes por encima de los sentimientos individuales para asegurar justicia, equidad y el bienestar de todos los involucrados. A continuación, se presentan razones clave:
- Interpretación profesional del derecho: El abogado debe diferenciar entre las buenas intenciones de los personajes y las acciones que infringen la ley. Evaluar de manera objetiva permite identificar cómo se violan normas legales (como las relacionadas con la custodia y protección de menores) y proponer soluciones dentro del marco legal.
- Protección del menor como prioridad: Aunque las emociones pueden llevar a justificar conductas ilegales, el abogado debe anteponer el interés superior del niño. Esto implica asegurar que el menor esté en un entorno seguro y que su custodia sea legalmente sólida para evitar complicaciones futuras.
- Prevención de precedentes peligrosos: Justificar decisiones emocionales en lugar de seguir las leyes puede establecer precedentes que debiliten el sistema jurídico. La objetividad garantiza que las leyes se apliquen de manera consistente, protegiendo tanto a los niños como a otros involucrados.
- Garantía de derechos: Las leyes están diseñadas para equilibrar los derechos, no solo del menor, sino también de los padres biológicos, cuidadores y terceros. Un análisis objetivo asegura que todos los derechos sean respetados y que las decisiones sean justas.
- Construcción de soluciones legales: Un abogado debe identificar cómo las leyes pueden abordar los conflictos presentados en la película, como la negligencia de la madre biológica, y buscar alternativas legales, como la custodia temporal o permanente, para garantizar el bienestar del menor.
- Evitar conflictos emocionales innecesarios: La objetividad permite manejar casos delicados sin dejarse llevar por emociones personales. Esto ayuda al abogado a concentrarse en lo que realmente importa.
En resumen, la objetividad en este contexto no implica pasar por alto la dimensión humana y emocional de la historia, sino más bien integrar esos aspectos dentro de un marco jurídico que respalde decisiones firmes y sostenibles. Al priorizar las leyes sobre los sentimientos individuales, el abogado asegura justicia y bienestar de manera organizada y equitativa.
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