Lecturas de "Ante la ley" de Kafka

                                                                                                            


                                                                                                                                 Por Manuel de J. Jiménez

 

Este año se conmemora el centenario luctuoso del escritor Franz Kafka (1883-1924), quien es uno de los autores imprescindibles en la tradición literaria occidental y, sin duda, forma parte de los escritores canónicos de cualquier curso de derecho y literatura. Obviamente su novela más analizada en este ámbito es El proceso, obra inacabada que desenvuelve la relación conflictiva que el sujeto mantiene con el derecho, no exenta de circunstancias autobiográficas que seguramente Kafka vivió como abogado especialista en seguros. Dentro de este libro, brilla por su ingenio y trascendencia la parábola conocida como “Ante la ley”, que sabemos fue publicada antes en un semanario y posteriormente recogida en el libro Un médico rural (1918). En este sentido, el relato es autónomo en relación a la novela y ha sido analizado por un sinfín de intelectuales como Deleuze-Guattari, Derrida, Canetti, entre otros.

Como sabemos, la parábola “Ante la ley” desarrolla una alegoría profunda sobre la relación del ser humano con el derecho (ley como justicia) y su inalcanzabilidad o, como diría Diana O. Mejía, su “inaccesibilidad”. En el relato, un campesino busca acceso a la ley (derecho a acceso a la justicia/ tutela judicial efectiva), pero es impedido por un guardián que le dice que no puede entrar en ese momento. El campesino espera años, pero nunca se le permite el ingreso y finalmente muere sin haber accedido a la ley, pues en realidad la entrada estaba reservada para él. Hay que notar que tanto el campesino como el lector atisban el resplandor de la ley, no más. Las lecturas han sido numerosas: desde la simbolización de la frustración ciudadana ante sistemas burocráticos, el reflejo del eterno e histórico anhelo de justicia que queda insatisfecho, los obstáculos que se tornan insuperables y el nihilismo legal.

Hay que tener en cuenta que la parábola ha sido traducida al español por varios escritores, siendo quizás de las más famosas versiones la de Jorge Luis Borges. Otras traducciones socorridas son la de Juan José del Solar, Miguel Sáenz, Isabel Hernández o Jordi Llovet. Sin embargo, pocos saben que probablemente la primera traducción al español la hizo un mexicano: Efraín González Luna (1898-1964) en la revista Bandera de Provincias, como bien ha sugerido Ernesto Lumbreras en un artículo sobre la recepción de la literatura kafkiana en América Latina. González Luna se desempeñó como político panista, fue candidato a la presidencia de la República y fue abogado por la Universidad de Guadalajara. Al parecer tradujo la parábola kafkiana del inglés o el francés, pues desconocía la lengua alemana.

         La semana pasada, en el curso de Derecho y Literatura de la Facultad de Derecho de la UNAM, la estudiante Brenda Hernández Ramírez se detuvo en el análisis del texto sugiriendo un camino inusitado: realizar un sutil paralelismo entre el campesino de la narración y Rosendo Radilla Pacheco. La oportunidad es inmejorable para una investigación de largo aliento, no sólo por los notorios vasos comunicantes (la denegación de justicia, el campesino como víctima o el diálogo infructuoso ante los guardianes de la ley). Además, puede representar una actualización de la parábola desde el punto de vista narrativo y su eventual reescritura en el contexto mexicano.


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