En vísperas de la guerra comercial parte 2: Trump vs China

 


Por Miguel Angel Langle Flores
Alba Nidia Morin Flores

De acuerdo con Nelson (2018, 258), durante la reconstrucción de la posguerra los países avanzados redujeron considerablemente (de 20 a menos de 5% en promedio) los aranceles a través de las primeras cuatro rondas de negociación (Ginebra: 1947; Kennedy: 1964; Tokio: 1987; Uruguay: 1999) del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés). En consecuencia, el capitalismo contemporáneo potencia la expansión y profundización del comercio mundial de bienes y servicios (Raffo y Hernández, 2021, 135).

Sin embargo, la transición hacia una economía postindustrial ha hecho que la dinámica de la globalización resulte conflictiva. Es decir, el transcurso hacia una economía impulsada por las ventajas comparativas de los servicios, gracias a las nuevas tecnologías, se ha visto obstaculizada por la falta de una regulación precisa. Los intereses de las Corporaciones Transnacionales se sitúan alrededor de: la apertura de los marcos regulatorios, la confiabilidad de las comunicaciones y la protección de los derechos de propiedad. Si bien, la Organización Mundial de Comercio (OMC) pretende satisfacer las peticiones mediante acuerdos comerciales preferenciales, la falta de certidumbre respecto al presente multilateralismo se agudiza con el transcurso del tiempo (Nelson, 2018, 260).

Colateralmente, a finales del siglo XX, el dominio estadounidense se acrecienta con su papel de impulsor de la globalización financiera con la finalidad de expandir la economía mundial. Sin embargo, tras la crisis inmobiliaria del 2008 y la pandémica del 2020, las deficiencias del modelo se hicieron públicas, en deterioro de la imagen de Estados Unidos como potencia hegemónica, tanto al interior como al exterior de la nación (Vázquez, 2020, 200), ante la desaceleración de la globalización y la implementación de medidas proteccionistas.

Bajo dichas circunstancias, el grueso de los países se divide en torno a dos centros de gravedad: China y Estados Unidos (Malamud, 2020, 3-4). En el primer caso, China inicia su transformación económica a finales de la década de 1970 hasta ingresar en la OMC en diciembre de 2001. Contemporáneamente, China promedia un crecimiento anual cercano al 10 por ciento durante casi 40 años, además de situarse como el mayor fabricante mundial, a consecuencia de su participación en cadenas globales de valor principalmente estadounidenses, europeas y japonesas (Nelson, 2018, 262; Vadell, 2020, 440). De este modo, China transita de ser un actor marginal en términos de comercio a situarse en el primer y segundo lugar de exportaciones e importaciones de bienes y servicios (Zedillo, 2019, 251; Banco Mundial, 2022a).

En consecuencia, Estados Unidos implementa la estrategia Estados Unidos Primero con la intención de frenar el avance tecno­lógico chino (Rosales, 2019, 98).[2] Empero, actualmente, China y Estados Unidos se encuentran fuertemente vinculados debido a su interdependencia económi­ca y financiera. China es fundamental en las cadenas de suministro de Estados Unidos, mientras que la demanda estadounidense constituye un elemento central en el crecimiento de China (Sanahuja, 2020, 80).

No obstante, las posturas iniciales acerca del aumento de aranceles al acero y aluminio chino y los conflictos legales por la tecnología 5G en contra de la empresa Huawei, se han transformado, de forma principal, en una escalada de sanciones administrativas por las disputas territoriales entre ambos países en los mares al sur de China, así como la apuesta de China por la fabricación de chips ante el bloqueo comercial, paradójicamente, en contra de los propios intereses económicos estadounidenses. En este escenario, la volatilidad del candidato puntero a la presidencia estadounidense, Donal Trump, caracterizado por sus estrategias dominantes sobre los negocios, repercute sobre la certidumbre comercial china y mundial, si bien durante la administración de Joe Biden se continuaron las políticas proteccionistas del periodo inmediato anterior, la retórica de Trump alrededor de incrementar los aranceles hasta el 60% (de ser necesario) en su hipotética segunda administración, incidirá, ineludiblemente, en la canasta básica de bienes y servicios a escala internacional y, consecuentemente, en la restricción presupuestaria de los hogares.

 

Referencias


Malamud, A. (2020). La globalización en peligro. Geopolítica de la pandemia, Le Monde Diplomatique, vol. 23, no. 250, pp. 1-6. https://www.academia.edu/42958849/La_globalizaci%C3%B3n_en_peligro

Nelson, D. R. (2018). La nueva economía y política de la globalización. En Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), La era de la perplejidad. Repensar el mundo que conocíamos (pp. 252-272). Primera edición, Madrid, España: BBVA - Penguin Random House. https://www.bbvaopenmind.com/wp-content/uploads/2018/01/BBVA-OpenMind-La-era-de-la-perplejidad-repensar-el-mundo-que-conociamos.pdf

Raffo-López, L. y Hernández-García, E. A. (2021). Comercio internacional, prosperidad y desigualdad en la globalización, Apuntes CENES, vol. 40, no. 71, pp. 133-164. 

Rosales, O. (2019). El conflicto US-2022: nueva fase de la globalización, Estudios Internacionales, no. 192, pp. 97-126. 

Sanahuja, J. A. (2020). ¿Bipolaridad en ascenso? Análisis equívocos frente a la crisis de la globalización, Foreign Affairs Latinoamérica, vol. 20, no. 2, pp. 76-84. 

Vadell, J. y Staiano, M. A. (2020). China en los intersticios de la crisis del multilateralismo y la globalización neoliberal: La Franja y la Ruta en Europa y el caso italiano, Araucaria Revista Iberoamericana de Filosofía, Política, Humanidades y Relaciones Internacionales, vol. 22, no. 45, pp. 433-455. 

Vázquez-Rojo, F. (2020). Los límites del liderazgo estadounidense de la globalización financiera. En A. Guzmán-Rincón y E. M. Caro-Álamo (coordinadores), Diálogo de ciencias sociales, económicas y administrativas: perspectivas, tendencias y retos (pp. 200-214). Primera edición, Bogotá, Colombia: Corporación Universitaria de Asturias. 

Zedillo, E. (2019). La última década y el futuro de la globalización. En Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), ¿Hacia una nueva Ilustración? Una década trascendente (pp. 247-265). Primera edición, Madrid, España: BBVA. https://www.bbvaopenmind.com/wp-content/uploads/2019/02/BBVA-OpenMind-libro-2019-Hacia-una-nueva-Ilustracion-una-decada-trascendente.pdf

 

[2] Por parte de Estados Unidos, la agenda de la discordancia comercial con China se integra por los siguientes elementos: i) saldo comercial; ii) sobreoferta chi­na en sectores claves; iii) trans­ferencia tecnológica forzada; iv) compras públicas; v) apertura financiera; y vi) apertura automotriz. En contraparte, China demanda: i) no discriminación mediante antidumping; ii) suprimir el discurso de manipulación cambiaria (Departamento del Tesoro de Estados Unidos); iii) importaciones de tecnolo­gías avanzadas; y iv) cumplimiento de las reglas de la OMC (Rosales, 2020, 101-109).


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