Fronteras políticas: realidades inventadas que perpetúan la injusticia.





Por Valeria Hernández Reyes 

La frontera física y política tal y como la entendemos hoy es una idea del siglo XIX y la clasificación de las personas que pueden o no atravesar esa frontera, durante cuánto tiempo y con qué derechos es una idea aún más reciente [Ramírez, 2023].  Es una ficción más creada por los estados para decir qué es mío, qué es tuyo, qué es justo o qué es injusto.  Las fronteras políticas, que supuestamente se erigen para proteger la justicia y la seguridad, a menudo se convierten en herramientas de exclusión y discriminación, creando más injusticias que protecciones. Con esto en mente, es importante reflexionar en un sistema de pensamientos y creencias que, en un mundo globalizado nos impide crear leyes justas para los migrantes o más bien, nos impide desaparecer el concepto de “migrante” como una categoría que separa a las personas de la humanidad. Al tomar conciencia de estas barreras, podemos avanzar hacia un futuro más compasivo y equitativo para todos los individuos, independientemente de su origen o estatus migratorio.

Como siempre, la literatura tiene un recurso para nosotros para reflexionar sobre lo expuesto anteriormente. De nuevo, la referente es Elena Garro (1916-1998), la destacada escritora y activista mexicana que exploró la complejidad de la condición humana en todas sus obras literarias. En el cuento “La factura” nos plantea una situación que viven los migrantes, la idea falsa que cruzar la frontera es sinónimo de escapar de la injusticia.
 
En el cuento "La Factura", se narra la historia de una migrante viviendo en París, quien enfrenta dificultades para costear su vivienda. Ser extranjera se convierte en un obstáculo adicional, ya que su casero, aprovechándose de su situación vulnerable, suele alterar las tarifas de la electricidad para obtener ingresos adicionales. Esta práctica fraudulenta se ve respaldada por un burócrata del estado, quien justifica el aumento de las tarifas argumentando que el pago de la electricidad es un servicio público proporcionado por el país y que el usuario, especialmente si es migrante, está obligado a cubrir el monto total. De esta manera, la protagonista se encuentra atrapada en un ciclo de injusticia, donde el sistema legal y las autoridades locales respaldan prácticas discriminatorias que afectan su capacidad para mantenerse en el país de acogida y representan una amenaza latente con la repatriación en caso de no cumplir con las obligaciones impuestas.

El relato posiblemente refleja la experiencia personal de Elena Garro, quien vivió en el exilio en Madrid y París, enfrentando graves dificultades económicas. Su obra se erige como un testimonio y un legado de las decepciones experimentadas por quienes, al huir de la injusticia, se topan con más desigualdades. Nos recuerda que la migración es un anhelo de dignidad, motivado por la persecución, la extrema pobreza o desastres naturales, factores que menoscaban la dignidad humana. Desde la discriminación hasta la explotación laboral y la carencia de servicios básicos, los migrantes se enfrentan a condiciones que violan sus derechos. "La Factura", al dejar tantas preguntas abiertas para el lector, incita a cuestionar nuestros prejuicios y ampliar nuestra comprensión de la justicia para los migrantes. Es relevante porque evidencia cómo la justicia para ellos es fría y despersonalizada, ignorando sus relatos, luchas y aspiraciones individuales.

La reflexión de Joseph Carens, filósofo del derecho experto en migración, es contundente: "Los derechos de los inmigrantes no son solo una cuestión de justicia, sino también de humanidad". Esta afirmación profunda resalta el fracaso tanto de las leyes como de la empatía humana al tratar a otros seres humanos de manera diferente solo por cruzar una frontera imaginaria. Las fronteras políticas que hemos erigido impactan profundamente nuestra percepción de nosotros mismos y de los demás, llegando al extremo de generar discriminación basada en etiquetas como "mexicano", "residente" o "refugiado", entre tantos inventos relacionados con permisos de residencia, pasaportes, permisos de trabajo, permisos de tránsito, hemos olvidado que todos somos humanos.

Termino con la declaración de Joseph Carens sobre la exposición del tema de Fronteras Abiertas: 

“En un siglo o dos, la gente mirará a nuestro mundo con perplejidad y shock. Igual que ahora nos interrogamos sobre la ceguera moral de los aristócratas feudales o los esclavistas sureños, las futuras generaciones se pueden preguntar cómo los demócratas de hoy pudieron no ver la profunda injusticia de un mundo tan pronunciadamente dividido entre quienes tienen y quienes no, y por qué fuimos tan complacientes con esta división y estuvimos tan poco dispuestos a cambiarla”.

 Ramírez, M. (2023, marzo 11). ¿Y si no hubiera fronteras? elDiario.es. https://www.eldiario.es/cultura/si-no-hubiera-fronteras_1_10014411.html

 


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