Sonido de Libertad: Una reseña personal



Por Joel López Villagómez 

En pos de la verdad y de un guion atractivo, esta película plantea una resolución imposible; el film dirigido por el mexicano Alejandro Gómez Monteverde, y producida entre otros por José Eduardo Verástegui Córdoba; refleja una realidad que más que ser cruda -como se dice- es un reflejo del retroceso que vive la humanidad. 

La película inicia con el encanto o seducción de dos hermanos -principalmente el de la niña Rocío, en cuyo entorno se vive parte de la trama- que son llevados a un casting por su papá, quien accede a dejar a sus hijos en manos de una aparente productora de música cuando en realidad, es parte de una red de trata de menores de edad. 

El actor protagonista de esta historia de la vida real, es James Patrick Caviezel, Jr., (Jim Caviezel), -quien también caracterizó a Jesucristo en la película La Pasión de Cristo- e interpreta ahora a un Agente Federal del Gobierno de los Estados Unidos de Norte América, (Tim Ballard), que después de rescatar al hermano de Rocío, se involucra aún más en los rescates de niñas, niños y adolescentes víctimas de la red de trata de personas. 

Los hechos se suscitan en gran parte en el país de Colombia, pero también muestran un rostro de cerrazón en México y en la propia Unión Americana; y el desenlace lleva al espectador al borde de sua su asiento, cuando Tim Ballard se adentra en la selva colombiana, simulando ser miembro de Naciones Unidas, como brigadista arriesgando su vida, para liberar a Rocío de las manos del líder de un cartel de droga y pederasta que la tenía secuestrada haciendo las veces de su pareja. 

Y si bien pareciera que se trata de enfermos mentales, quienes sin importar el daño que producen a las familias y sus propios hijos, le son despojadas de sus seres más queridos (niñas, niños y adolescentes); se trata de auténticos delincuentes los pederastas (1) los casos de abusos sexuales a niñas, niños y adolescentes (2), ha llegado a ser tan lucrativo o más que el tráfico de drogas o de armas. 

Por lo que erradicarlo debe ser una política pública en todo el mundo, para que los países persigan y castiguen mediante la imposición de penas ejemplares, no solo para evitar que sigan causando daño, sino para que la función de la penología con la readaptación social, sea lo más lejana a la libertad, pues quienes causan o han causado daño a las niñas, niños y adolescentes, perjudican a la sociedad; de ahí que no debe permitirles el Estado gozar de los mismos derechos, de quienes han sido vulnerados de sus más elementales derechos, el de una vida libre de violencia. 

El final de la película tiene quizás un feliz y deseado desenlace, pero no se ha detenido ni parece tener el mejor escenario, pues México ocupa el primer lugar mundial en delitos de abuso sexual de menores (3), deshonroso lugar que mucho nos obliga a cambiar y abandonar una barbarie que pareciera caracteriza aún al ser humano, sin vistos en alejarse de ello.

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(1) Persona que comete abuso sexual de menores. 

(2) Véase a Victoria Noguerol [en línea] en https://www.madridactual.es/644943-como-actua-un-pederasta que señala que la pederastia no es una patología, sino un trastorno psicológico que puede llegar a la obsesión. 

(3) En el año de 2018 el Senado comunicó que México ocupa el penoso primer lugar en delitos de abuso sexual, [véase en línea

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