Suicidio político

 

Thalía Krügger R.

Escribe Mario Amorós en su obra Salvador Allende. Biografía política, semblanza humana, a propósito de un 10 de septiembre pero de 1973: 

Allende puso fin a su vida en un gesto político heroico que marcó para siempre a los golpistas, porque su muerte fue responsabilidad de Pinochet...Fue un acto para la historia y de lealtad a su pueblo, pues no iba a permitir que los golpistas lo humillaran y lo vejaran. Él no quería ser un presidente en el exilio y había prometido que saldría del Palacio de la Moneda el día que entregara el poder después de unas elecciones democráticas. Y, como muestra de respeto a su pueblo, el mismo que lo había apoyado y votado durante décadas, cumplió su palabra y sacrificó su vida.

Viene bien ahora recordar y no olvidar, que 10 y 11 de septiembre pueden fusionarse para que usted amable lector, descubra el tema que -lamentablemente- es una de las principales causas de muerte en el orbe: el suicidio, y que se conmemora cada 10 de septiembre -desde hace 20 años- con el propósito de otorgar atención al problema, reducir el estigma y fomentar conciencia.

Al ser un fenómeno que no excluye, quitarse la vida también se ha extendido a las cúpulas del poder y la política en momentos críticos, estos personajes así lo decidieron (o así se nos hizo creer).

En la antigüedad, considerando el primer caso tenemos a uno de los trascendentes oradores griegos Demóstenes, el padre de la oratoria.

Estas prácticas no distinguen sexo ni nacionalidad y la presencia femenina está con la última reina del antiguo Egipto, Cleopatra y su supuesta ingestión de veneno de cobra.

Ya en tiempos del siglo XX aterrizando en territorio latinoamericano; tenemos casos como el del expresidente peruano Alan García, quien tomó la determinación extrema al dispararse cuando las autoridades tenían una orden de detención.

Vamos de inmediarto a República Dominicana, donde se presenció el caso del entonces dirigente Antonio Guzmán quien en la madrugada del 4 de julio (irónico quizá) de 1982 a escasos meses del término de su mandato se quitó la vida.

Ahora sí 10 y 11 de septiembre se mezclan para contarnos la historia en la que hace medio siglo el mandatario del país de la estrella solitaria de Sudamérica en las inmediaciones del Palacio de la Moneda se suicidó, el político Salvador Allende quien con un fusil soviético, presente de su amigo Fidel Castro, a las 14:38 -hora local- se quitaba la vida, justo cuando el dictador Augusto Pinochet daba el golpe militar y ponía fin a la etapa de la denominada unidad popular en Chile.

El suceso que daría pie a otra faceta de aquella nación.

“Tengo fe en Chile y en su destino”. Escrito un 11 de septiembre de 1973 y recordado por quien hoy me lee cincuenta años después.