El reflejo del poder político en México: Maten al León
Por
Alba Nidia Morin Flores
Jorge
Ibargüengoitia Antillón (1928-1983), oriundo de Guanajuato, es uno de los
escritores más destacados de las letras mexicanas y latinoamericanas; su
producción artística es amplia y abarca una diversidad de géneros literarios.
Entre sus principales escritos se encuentran el cuento La ley de Herodes (1967), las obras de teatro El viaje superficial (1960) o Los
buenos manejos (1980). Sin embargo, las novelas Los relámpagos de agosto (1965), Las muertas (1977), Dos
crímenes (1979) y Maten al León
(1969) constituyen sus textos más recordados.
A casi
40 años del trágico accidente aéreo en donde perdió la vida junto al crítico
literario Ángel Rama y al peruano Manuel Scorza, las obras de Ibargüengoitia
siguen siendo objeto de diversos análisis; su narrativa satírica mediante la
cual, de forma aguda, critica las problemáticas sociales del país e ironiza la
historia de México, constituyen características propias del autor, difíciles de
encontrar en otros escritores de la época.
Para
efectos de este escrito sobresale Maten
al León, una de sus novelas más destacadas. La historia se desarrolla en la
isla de Arepa, en el mar Caribe, donde el presidente Manuel Belaunzarán, héroe
de las Guerras de Independencia, se encuentra al final de su cuarto periodo
presidencial. Sin embargo, al querer permanecer en el poder, encontrará una
serie de personajes antagónicos. Así es como Pepe Cussirat, apoyado entre otros
por Ángela Berriozábal, llevan a cabo varios intentos de homicidio sin
conseguirlo. Casi al final de la novela, parece que el León nunca morirá; sin
embargo, en un evento público, el músico Salvador Pereira lo asesina.
La
novela forma parte del subgénero del dictador y a diferencia de obras como Yo el Supremo o El otoño del patriarca es
un texto sencillo; no obstante, ofrece certeras reflexiones sobre la forma de hacer
política y la manera de jugar al poder en México. En este sentido, a lo largo
de todo el relato, se identifican diversos pasajes de la historia mexicana, hay
una referencia clara al gobierno de Álvaro Obregón y su pacto con Plutarco Elías
Calles para modificar la constitución de 1917 y con ello permitir la reelección
en periodos no sucesivos. Así, a partir de la reforma constitucional, Obregón
es declarado presidente por segunda vez en 1928. Sin embargo, sería asesinado
poco tiempo después -hecho aludido en la obra-.
Así, la
riqueza narrativa de Ibargüengoitia y las temáticas abordadas en la novela permiten
contemplar tanto la historia política de nuestro país como la realidad actual,
pues en ella se plasman los juegos del poder, así como la imposibilidad de renunciar
al mando, basta recordar lo que Vargas Llosa denominaría “la dictadura perfecta”
haciendo alusión a los 70 años en los que el PRI estuvo en el poder o la pretendida
“continuidad” de proyectos que gran parte de los gobiernos actuales proponen.
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