Borges y la argumentación jurídica

 


                                                                                                                Por Carlos Martínez Loza

Lo que la argumentación jurídica es puede enseñarse con uno de los más extraños personajes que ideó Borges. En el cuento Deutsches Requiem, Otto Dietrich zur Linde, un oscuro oficial nazi que escucha música de Brahms y lee a Schopenhauer, escribe el día anterior a su ejecución: “nadie puede probar una copa de agua o partir un trozo de pan, sin justificación”.

La argumentación jurídica busca dar razones para justificar las decisiones judiciales. Si nadie puede partir un trozo de pan sin justificación, cuanto más ningún tribunal o juez puede emitir una decisión jurídica sin que esté justificada. Robert Alexy, al hablar de los rasgos fundamentales de la argumentación jurídica, considera a la justificación (Rechtsfertigung) o fundamentación (Begründung) como un elemento indispensable de los discursos jurídicos que sustenta a un caso especial de proposiciones normativas: las decisiones jurídicas.

En otras palabras, si un tribunal decide que en un caso debe prevalecer el derecho a la información sobre el derecho a la privacidad, le será necesario mostrar los razonamientos, argumentos, interpretaciones, tópicos, precedentes, pruebas y presunciones racionales que expliquen al justiciable y al auditorio universal cómo y por qué se ha arribado a tal decisión. Todo ello en un marco argumentativo que se despliega en dos niveles: la justificación interna y la justificación externa; lo cual remite a su vez a patrones especiales de argumentación que ministran la lógica formal e informal, la lingüística, la pragmadialéctica y la retórica.

Decidir en el derecho no es como resolver aquellos ejercicios escolares de algebra donde el alumno copia a su compañero de al lado el resultado correcto pero omite el despliegue algebraico que lo fundamenta. Esta manera de proceder se erige en una gran tentación para los tribunales al ensayar el derecho comparado: ver cómo han resuelto los tribunales de otros países ciertos casos complejos y mediáticos para después importar esas soluciones pero olvidando el razonamiento jurídico sustancial.

Volvamos al oscuro oficial nazi. A ratos se comporta difusor de la Teoría Predictiva del Derecho, como en este pasaje:

“En cuanto a mí, seré fusilado por torturador y asesino. El tribunal ha procedido con rectitud; desde el principio, yo me he declarado culpable. Mañana, cuando el reloj de la prisión dé las nueve, yo habré entrado en la muerte”.

El famoso juez norteamericano Oliver Wendell Holmes dijo décadas atrás de la aparición de este cuento lo siguiente: “Si queréis conocer el Derecho y nada más, mirad el problema con los ojos del mal hombre, a quien solo le importan las consecuencias materiales que gracias a ese conocimiento puede predecir.”

Si el derecho es la profecía de lo que el juez hará, como postula el realismo jurídico de Holmes, Otto Dietrich zur Linde puede ser un arquetipo de ese “mal hombre” a quien solo le importa la condena que merece su conducta abominable pero no los razonamientos o la argumentación.

En otra página, y siguiendo la doctrina de Schopenhauer, Borges escribe: “cada encuentro casual es una cita”, pues todos los hechos que le pueden ocurrir a un hombre, desde su nacimiento hasta su muerte, han sido prefijados por él. Suponiendo la verdad de esta idea, podemos imaginar a un juez que resuelve un caso difícil en el derecho obrar de la siguiente manera: primero determina el sentido de su decisión y después razona sus argumentos, aparentando que la decisión es producto de un razonamiento cuando ya ha sido prefijada de antemano. Esto me parece problemático en un sentido, pues es tanto como poner primero los caballos y después la carreta.

El cuento de Borges puede revelarnos dos problemas acuciantes en el derecho: el desprecio por la argumentación jurídica en las decisiones y la inversión argumentativa cuando primero se decide y después se razona esa decisión.

Razono, luego decido.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reseña de la obra "Paco Yunque" de César Vallejo (1892- 1938)

Es que somos muy pobres como retrato de la injusticia social

Orfandad, pobreza, y justicia en Oliver Twist de Dikens