Derecho, literatura y democracia: el caso Nicaragua
Por
Alba Nidia Morin Flores
Una de
las problemáticas más recurrentes y difíciles de erradicar en el continente es
el de las dictaduras y los autoritarismos que de forma persistente se encuentran
presentes a lo largo de la historia latinoamericana. La consolidación de las
democracias forma parte de los grandes retos a los que se enfrentan las
naciones de la región.
Probablemente
el desafío más grande a nivel continental lo constituya el respeto a los
derechos humanos, pues en distintos momentos históricos y en diversas latitudes
se continúan violentando gran parte de estos derechos; entre las principales
violaciones sobresalen los atentados a la libertad de expresión; esencial para
la instauración de los sistemas democráticos.
Resalta
para esta entrada el caso de Nicaragua por ser uno de los sucesos autoritarios más
recientes en el continente caracterizado por la violación a las libertades
esenciales entre ellas la de prensa y expresión. La prohibición, por parte del
régimen de Daniel Ortega, de obras literarias como Tongolele no sabía bailar (2021) del escritor Sergio Ramírez
constituye un punto neurálgico para pensar el vínculo entre la democracia y la
literatura.
Y es
que, las implicaciones que conlleva las prohibiciones impuestas por Ortega a la
expresión artística o simbólica impactan en las libertades democráticas, pues
no se puede hablar de democracia sin la existencia de la literatura. En este
orden de ideas, de acuerdo con Derrida, bajo ninguna circunstancia literatura y
democracia pueden ser disociadas, pues cada vez que una obra literaria es
prohibida la democracia se halla en riesgo.
En
esta tesitura el ataque o censura que sufre una obra literaria es en realidad
una agresión a la democracia, un atentado contra la imaginación y emancipación
que al menos en nuestro continente ha jugado un papel preponderante como forma
liberadora, pues debido a las condiciones económicas, políticas y sociales la
obra literaria en nuestra región se ha convertido en una forma revolucionaria
de pensamiento que ha narrado la historia latinoamericana y su prohibición es
una más de las tantas dificultades a las que se enfrentan nuestros países
democráticos.
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