Partida de ajedrez: un ejercicio literario sobre la justicia

 


Por Arturo Reyes


Al cruzar la puerta el ruido comenzó a disminuir. Coloqué mi portafolio sobre el escritorio del aula procurando que la partida de ajedrez, que dos alumnos acababan de abandonar, siguiera intacta. Poco a poco se apaciguó el salón. Algunos con entusiasmo, otros con somnolencia y unos con enfado, pero todos comenzaron a sacar su libreta de Introducción a las Ciencias Sociales. Saludé al grupo y dirigí unas palabras. En el pizarrón anoté el tema del día: “La sociedad”.

            Después de definir sociedad y de señalar sus características, les recordé que nos encontrábamos en el bloque que permite adquirir conceptos claves sobre el estudio de fenómenos sociales. Realicé preguntas de exploración y los alumnos más participativos levantaron la mano “Sobre el bosque de hirsutas cabezas…” (Valadés, 2008, p. 10). Agotadas las participaciones, les dicté el trabajo a seguir: “Con base al texto “La muerte tiene permiso” de Edmundo Valadés, identifica y describe los problemas sociales que se plasman en la obra.  

            Así que saqué un libro de cuentos y me dispuse a leer en voz alta. En los primeros párrafos mis alumnos de preparatoria fueron contextualizados, posteriormente, atentos a los cambios de voz que hacía, escucharon los diálogos. Sus miradas me hicieron creer que imaginaban los escenarios creados por el autor. Luego, al escuchar el testimonio de Sacramento, comenzaron las desaprobaciones al presidente municipal de San Juan de las Manzanas. Así continúo la lectura. Mientras avanzaba, emitía más abusos de autoridad; hasta que se dilataron los ojos de Virginia cuando Sacramento dijo: “Solicitamos su venia para hacernos justicia por nuestra propia mano” (Valadés, 2008, p. 14).

            Con atención escucharon el debate sobre justicia sostenido por los miembros del estrado. Y ellos también votaron, levantaron la mano al momento del escrutinio. “La asamblea dio permiso a los de San Juan para la que solicitaron”. (Valadés, 2008, p. 16). Pero el permiso llegó tarde, la muerte se adelantó, “…el Presidente Municipal de San Juan de las Manzanas está difunto” (Valadés, 2008, p. 17). Al saberlo, un silencio solemne reinó en el aula.

Después de un instante pregunté sus impresiones, los contextualicé con el año de publicación y debatimos sobre la vigencia de la obra. Concluimos que los problemas sociales siguen e incluso, se han acrecentado en algunas zonas. ¿A partir de este momento el pulso de la obra literaria palpita en su memoria?, ¿permanece en el temor de sus corazones pero también en la razón que impulsa un cambio? ¿Ellos pueden ser peones en el tablero de ajedrez que busca ganar la partida a la violencia que reina más allá de las páginas de una obra literaria?   

 

Referencia

Delgado, R., Rulfo, J., Valadés, E. y Zepeda, E. (2008). Cuentos para contar. SECUM            


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