Justicia clínica: hacia una nueva praxis psicológica sobre el amor y el dolor

                                                                                                                                                       Por Valeria Hernández Reyes

El amor, el dolor y la mala praxis en la psicología clínica. ¿Adquirirías un servicio para borrar de tu memoria a tu ex pareja con tal de superar una ruptura? Esa pregunta es la trama principal de la película "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" (2004, Michel Gondry). Su guión está inspirado en el Poema "Eloísa a Abelardo" escrito por el inglés Alexander Pope (Siglo XVIII) y es de interés para la justicia porque aborda un planteamiento de mala praxis en un servicio terapéutico.

La historia comienza una mañana de San Valentín, una pareja ha terminado su relación y deciden adquirir  asistencia terapéutica para la supresión de recuerdos, un servicio revolucionario que ofrece la clínica Lacuna Inc, la cual es visitada por personas incapaces de superar el fin de un noviazgo, matrimonio o cualquier otro conflicto. Los protagonistas son Joel, interpretado por Jim Carrey y Clementine, interpretado por Kate Winslet. 

Clementine fue la primera en adquirir el servicio, cuando Joel se entera no lo puede soportar y decide eliminarla de su memoria. El guión se desarrolla en la mente de Joel quien a medida que está viviendo el “borrado de memoria” comienza una lucha imposible por evitar olvidar a Clementine. Viajaremos con él al laberinto de su subconsciente y conoceremos incluso su niñez y su efecto en sus decisiones de pareja. Ambos personajes desean olvidar su relación para no sentir dolor, pero curiosamente esto es totalmente opuesto al psicoanálisis de Freud que requiere del uso de la memoria para superar los traumas. 

Por otro lado, se presenta la historia de una tercera persona, Mary, una enfermera que está enamorada de su jefe, el Dr. Howard, un hombre casado a quien ella le declara su amor. La esposa de él le revela a Mary que es la segunda vez que se enamora de su esposo, pero que no lo puede recordar porque sus recuerdos fueron eliminados. Mary entra en crisis al conocer su historia y concluye que el tratamiento no es tan bueno como pensaba porque es la segunda vez que sufre por la misma persona y en esta ocasión es peor porque no recuerda que pasó la primera vez. Así que decide contactar a todos los clientes para avisarles que hay riesgos en el tratamiento que aún no conocen. 

Esto es muy interesante porque Mary no se espera a que ingresen las demandas contra el hospital, desde el momento en que se entera del fracaso del tratamiento asume su responsabilidad y les regresa sus recuerdos a los pacientes, ya que la clínica contaba con un respaldo de las sesiones terapéuticas. De esta forma ella hace justicia, y nos enseña que es importante reconocer los derechos humanos en horizontalidad, no en forma vertical. No es hasta que se ingresa una demanda que entonces existen los derechos humanos, no, se trata de que nosotros reconozcamos los derechos humanos entre nosotros y en última instancia acudir al Estado.

Una lectura más a la película es que todo proceso de justicia requiere de memoria, entonces no estaría equivocado Freud,  tal vez por eso sea muy importante después de una guerra crear monumentos  para actos heroicos y crear memoriales a las víctimas de distintas formas de injusticia como dice Robin Greeley, académica experta en la relación arte y política, los monumentos y memoriales actúan como la aspiración potencial a una sociedad más moral y justa.

Desde el punto de vista jurídico, la historia de la clínica Lucan Inc. nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad civil de profesionistas en psicología, psiquiatría y medicina. En la película vemos que el personal no está capacitado y aunque el método es sofisticado, la infraestructura es muy sencilla, lo que sugiere que el procedimiento era fraude. Aunque actualmente es imposible borrar un recuerdo, el servicio más común para lidiar con el dolor es la terapia psicológica, pero ¿qué responsabilidad tiene el psicólogo clínico cuando incurre en mala praxis? 

La Mala Praxis se configura cuando un profesional se separa de la lex artis. Atendiendo a lo dispuesto por el artículo 2615 del Código Civil Federal (CCF), el psicólogo clínico, como prestador de servicios profesionales, solo es responsable respecto a las personas a quienes sirve, por negligencia, impericia o dolo. Esto sin perjuicio de las penas que merezca en caso de delito. 

 El Código de Ética de la Comisión Nacional de Ética en Psicología señala que pueden incurrir en Mala Praxis quienes ofrezcan prácticas terapéuticas dudosas y con resultados inciertos como: angeloterapia, biomagnetismo, biodescodificación, constelaciones familiares, hipnoterapia, tethahealing, piedras calientes, psicomagia, reflexología, reiki, yoga, sanación cuántica y reorientación sexual, entre otras 70 más . Ya que carecen de fundamentos científicos y se puede propiciar en el paciente un empeoramiento de sus síntomas o la aparición de otros nuevos, con lo cual se le estaría ocasionando un daño. 

Así que la próxima vez que intenten olvidar a su pareja es mejor que eviten las terapias alternativas porque podrían empeorar los síntomas. Para conocer un poco más sobre qué es la memoria, próximamente escribiré sobre “En búsqueda del tiempo perdido” de Marcel Proust para explicar como surgió el término “recuerdo proustiano” y como se relaciona con la justicia. Si gustan aprender más sobre la película Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos pueden ver Eterna penumbra de una mente Simpson un episodio perteneciente a la decimonovena temporada de la serie animada Los Simpsons.