The Batman: ¿realmente un vigilante haría la diferencia?
Por: J.L. Benítez
A pocos días del estreno de la última entrega de
Batman en la pantalla grande las opiniones en la audiencia están un tanto
dividas, principalmente por la duda de ¿Es Robert Pattinson mejor Batman que
Cristian Bale? Para resumir una respuesta sencilla, todo depende del apego
emocional que se tenga hacia el personaje y a la actuación de Bale en la
trilogía de Nolan.
Dejando las polémicas actorales de lado, lo
interesante de esta última entrega es que nos presentan una versión del
caballero de la noche en su fase de detective. La película es una combinación
de thrillers de suspenso como Seven y Zodiac, está más cerca a ese tipo de
cintas de suspenso que a una película de superhéroes como Marvel nos tiene
acostumbrados. Este elemento es el que nos permite plantearnos cuestiones
jurídicas claras o al menos sobre las concepciones que podemos tener de la
justicia en un mundo donde las instituciones del orden están quebradas.
Para este punto he de advertir que estaremos
comentando detalles de la película, así que se vienen spoilers, están avisados
estimadas lectoras y lectores.
En primera instancia vemos a Batman entrando a
una escena del crimen después de un brutal asesinato, en ella nuestro vigilante
favorito se desenvuelve al amparo del teniente (futuro comisionado) Gordon, de
esta escena podemos derivar una pregunta que estaremos poniendo de manifiesto
en este pequeño ensayo: ¿acaso no debe ser el Estado quien administre la
justicia y no un vigilante?
Esta parte, aunque sea mínima nos muestra como
Batman actúa en paralelo a la investigación policíaca, lo que no es muy bien
visto por muchos, si lo pensamos Batman no fue electo para realizar actividades
de administrar justicia, el lleva su propia versión de administrar el orden.
Esta visión de imponer el orden y castigar al
crimen se ve de forma profunda durante un dialogo interno y una proyección de
la Bati señal en el cielo, se nos muestran escenas de una Ciudad Gótica
corroída por la delincuencia, Entre escenas de asaltos, vandalismo y otros
delitos se nos muestra el miedo que
inspira en los delincuentes el ver esa señal, no es el hecho concreto de ver a
Batman el único impacto sino la pura idea de que pueda aparecer lo que hace a
los criminales el cuestionar su actuar.
La idea de la auto vigilancia por el posible castigo
recuerda al panóptico de Foucault y, las descripciones de Bentham que
inspiraron la idea del derecho de Austin donde, la propia idea de una coerción
en la norma es lo que impulsa su cumplimiento. Esta es otra interrogante y es
si ya vimos que el estado no tiene el monopolio de la violencia ¿puede un actor
externo ocupar el rol de administrar la justicia?
En el caso que nos presenta la película, las
instituciones del Estado están corroídas, a través de apropiarse de fondos de
inversión millonarios, patrocinados por Industrias Wayne, las mafias de la
ciudad han logrado cooptar tanto al alcalde como a los altos mandos de la
policía, actores que posteriormente serian ajusticiados pro el antagonista El
Acertijo, inspirado en la idea de una administración de la justicia que puso
Batman. En un intento de administrar la justicia en contra de un sistema
podrido.
Sin embargo, es ahí donde existe la controversia
de no ser un Estado legítimo y con clamor popular el que, de certezas de la
aplicación de la justicia, entonces la justicia, lejos del consenso se
convierte en una versión personal. En el mundo que nos plantea esta película,
fue Batman y su estilo de vigilante lo que alentó al Acertijo a cometer sus
actos, a ser el justiciero en contra de los “mentirosos”.
La segunda parte es que, el derecho no puede
basarse únicamente en el miedo, un derecho sin legitimidad es únicamente la
aplicación de la fuerza, en contra de los otros y, claro, en el mundo de los
comics ese administrador es un hombre extremadamente recto y con valores, pero
en el mundo real ello no dista mucho de las dictaduras que pretenden, en aras
de defender la justicia, la seguridad o a la nación a cometer actos de barbarie
contra cualquiera que sea un disidente. Siempre es cómodo imaginarse un caso de
justicia extrema cuando uno no es el ajusticiado.
Así mismo, el fondo de empresas Wayne es en sí
mismo un elemento preocupante, un fondo privado sin regulación, supuestamente
destinado a ayudar a la ciudad, pero que, sin un control democrático o institucional
fue fácilmente cooptado por el crimen organizado siendo no solo fuente de
ingresos para la mafia sino también su principal fuente de blanqueo de dinero.
La idea de una justicia ajena al estado resuena
mucho en nuestros días, principalmente por el descrédito a las instituciones y
la corrupción rampante que vemos a diario en contextos como el mexicano, sin
embargo, hay que tomar conciencia de que, sin una suerte de control y
legitimación de dicha justicia lo único que queda en realidad es venganza, y así
como el propio Batman descubrió eso es insuficiente para cambiar su ciudad.
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