La idea de justicia en Molly’s Game (Apuesta maestra)
Por Joel López Villagómez
Esta película protagonizada por Jessica
Chastain, Idris Elba y Kevin Costner, entre otros; cuyo simple reparto invita a
verla, y genera la curiosidad una vez iniciada a concluirla para saber su
final; al menos eso me produjo a mi, ya que, sin ser un crítico de cine
calificado, me atrevo a decir que es un film lleno de elementos sociales,
legales y económicos que no se apartan de una realidad, pero también de una
imaginación quizás surrealista en México.
La
historia inicia con acontecimientos familiares en un accidente para clasificar
a juegos Olímpicos de invierno, y en la que participa una mujer norteamericana de
familia llamada Molly Bloom (Jessica Chastain), quien en momentos se
convierte en una narradora omnisciente.[1] Pero el entorno real de la
película se basa en las apuestas de póker y las formas de hacer dinero, al
menos esa es la primer idea que se obtiene.
Así
entonces, años después es arrestada Molly por el FBI, quien ejecuta una orden
de arresto por haber organizado apuestas de manera ilegal, y es aquí donde da
un giro la película para mostrar un proceso legal, justo o quizás no, de una
mujer creativa, pero sobre todo audaz, que quiso estudiar Leyes para ser
abogada, después de la fallida carrera olímpica.
Le
son congeladas las cuentas bancarias que tenía Molly, incautándole con ello las
ganancias producto de los juegos de apuestas que organizó, primero en Los
Ángeles y después en New York, tras haber aprendido el oficio como colaboradora
de Dean Keith (Jeremy Strong).
La
historia se complica cuando se prepara Molly, no para mostrar las técnicas
usadas para recaudar personal de apoyo en los juegos de póker, el dinero
obtenido y traiciones de mafias rusas, sino mantener una firme postura de que
lo hecho, era legal, para lo cual contrato a un prominente abogado Charlie
Jaffey (Idris Elba).
Entendiendo
que aún existen diferencias entre el sistema de justicia norteamericano y el
mexicano, pero cada vez más con muchas coincidencias,[2] se torna la trama de la
película en un juego de egos, posicionamientos legales e intereses del Estado
americano en acabar con figuras o personajes, que estaban siendo vigiladas por
el FBI, para lo cual no solo debemos reconocer que el abogado debe buscar el
mejor beneficio para su cliente, sino que para luchar por la verdad, se debe en
ocasiones preservar el interés particular, sobre el que es aparentemente
general, so pena de correr riesgos en la seguridad, que fue lo que aquilató más
Molly.
La
decisión que finalmente adopta Molly, frente al Juez que conoce de caso y
planteamiento hecho por la Fiscalía, es lo que me invita a realizar esta reflexión,
pues la sentencia que se le impone a Molly, no solo es ejemplar, sino justa
desde la perspectiva que puede ver un garantista y un sociólogo del derecho, en
beneficio del arte de lo bueno y equitativo; a lo que quizás en México no
estemos acostumbrados aún a ver, sin embargo, poco a poco se ven en las
sentencias que emite el Alto Tribunal de la Nación, en los medios de control
constitucional; así como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, en la materia electoral, en donde la justicia vela por los derechos
fundamentales, y no solo de aquello que le beneficie al Estado.
[1] Tipo de narrador puede estar dentro o fuera de la historia; y puede
ser un narrador en tercera persona o en primera persona, teniendo un
conocimiento absoluto de los personajes y de los hechos que suceden en la
historia.
[2] Gracias a las regulaciones pactadas desde la creación
del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TLCAN),
para la atención de conflictos legales entre los empresarios o inversionistas
de los países que son parte; y que hoy es llamado Tratado entre México, Estados
Unidos y Canadá (T-MEC).
Agregaría únicamente que fue un caso de la vida real; en ese entonces Molly Bloom tenía 26 años de edad.
ResponderEliminar