Si Hedwig el búho nival de Harry Potter fuera un Búho Neotropical: Justicia para los animales
Una de las características de la serie de
novelas de Harry Potter es la diversidad biológica del ecosistema donde
se localiza el Colegio de Howgarts de Magia y Hechicería. En este lugar
encantado se rompen todas las reglas de biología, física, química y la
legislación del mundo de los muggles. En su mundo no existen actos
constitutivos de delitos por tráfico ilegal de vida silvestre, la flora y fauna
es comercializada para innumerables pociones mágicas sin penalización alguna.
Si todo esto sucedería en el mundo real se estarían violando acuerdos
internacionales como las siguientes Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, Convención
sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestre y el
Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Aunque es fácil identificar las especies
que sufren maltrato animal, hay otras que su ternura y su protagonismo en la
película nos impiden ver que son una especie explotada para fines laborales, es
el caso de Hedwig, la búho nival amiga de Harry Potter.
¿Qué sabemos de estos animales? Los búhos
nivales viven en la alta tundra, también reciben el nombre búhos de las
nieves. Su esperanza de vida es de 9.5 años, pueden pesar entre 1.6 y 3
kilos y su dieta es carnívora, las hembras son más oscuras que los machos y
nunca serán totalmente blancas. México no es su hábitat, pero sí de otras
especies de búho y se les conoce como lechuzas o tecolotes.
Existen
registros del valor cultural del búho. En Canadá el pueblo kwakiutl dice
que si un búho canta tu nombre, tu muerte es inminente. En la cultura de los
hopi, una tribu uto-azteca del suroeste de Estados Unidos, los búhos son
asociados con la brujería. Para los aztecas
era un símbolo de las representaciones del Dios Azteca de la Muerte Mictlantecuhtli.
Actualmente en México sigue siendo parte de la cultura, tenemos un dicho que dice “Cuando el tecolote canta, el
indio muere”. En el mundo maya se considera que los búhos son mensajeros de
los dioses de Xilbabá, el inframundo. En la antigua Grecia una especie de búho
acompañaba a Atenea, la Diosa de la sabiduría y para la cultura jurídica es el animal emblemático
de la abogacía.
Si Hedwig fuera de la región neotropical específicamente
de México, culturalmente se le consideraría un ave de mal agüero y
probablemente esta creencia sería el motivo para matarla. Si nuestra
legislación se extendiera a Howgarts, se aplicaría la Ley General de Vida
Silvestre, se consideraría que la
extracción de Hedwig de su hábitat, el acopio, el transporte, la
comercialización y su posesión serían constituyentes de infracciones o delitos
de tráfico ilegal de vida silvestre. Un delito asociado a un negocio que se
considera el cuarto más redituable después del tráfico de drogas, tráfico de
personas y el tráfico de productos falsificados. Además Hedwig estaría
protegida bajo la NOM-059- Semarnat-2010,
la cual coloca a los búhos y tecolotes en categoría de riesgo, debido a la
pérdida y fragmentación de su hábitat por envenenamiento con plaguicidas y la
cacería ilegal.
Aunque
en el mundo de los magos ella fue feliz, el fenómeno de Harry Potter ocasionó
que en Asia proliferara la venta ilegal de búhos. Un estudio de investigadores
de Oxford Brooks calculó que el número de ventas antes de la primera película
fue de 100 y en el 2016 con el estreno de la última película 13000. Esto fue
tan alarmante que la misma Rowling se pronunció en una ocasión sobre este
fenómeno solicitando que no compraran búhos.
El tráfico ilegal de vida silvestre
agudiza los efectos adversos del cambio climático, empobrece las áreas rurales
y es un factor que contribuye al desplazamiento forzado de población en zonas
rurales, lo mejor que podemos hacer es no incrementar la demanda de especies
silvestres. Sin comprador, no hay venta.
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