La Llamada de la Selva: una crítica a la teoría de la Evolución de Charles Darwin a partir de la cultura jurídica
La
llamada de la selva (The call of the Wild,1903), es un relato escrito por el
autor estadounidense Jack London que tuvo como inspiración sus vivencias en
Canadá y Alaska cuando trabajó como explorador de minas de oro en la época
conocida como “La fiebre de oro de Klondike” que ocurrió en la
región de Yukón en la zona limítrofe de Canadá y Alaska.
Es
una narración omnisciente que utilizó como técnica narrativa la animalización
de los seres humanos y la personificación
de los animales para tres propósitos: alabar la naturaleza en
contraposición a la industrialización de la época; realizar una crítica social
a la explotación del oro y exponer sus reflexiones sobre las teorías de la
época, como la selección natural de
Charles Darwin, la ética evolutiva de Herbert Spencer y el concepto de superhombre de Nietzsche. En esta reseña sólo hablaré de la selección
natural. La genialidad de la obra y la razón por la cual triunfó, es que utilizó un
lenguaje sencillo, sólo quienes conocían las teorías podían deducir a qué se refería.
La
historia comienza cuando Buck, un perro de raza San Bernardo cruzado con Mastín, es
raptado y vendido como perro de trineo para el servicio postal de EEUU en la
región de Alaska. Su vida en bonanza y amor se convierte en una vida de golpes, de sangre y explotación
laboral perpetuada por sus diferentes dueños que están enfermos de ambición por
el oro.
Buck
vive muchas atrocidades y conocemos su dolor por medio de sus pensamientos. Podemos intuir que la única esperanza que tiene para escapar de la gran tristeza que
sentía es llegar a ser un animal superior, él desea llegar a ser humano tan
pronto como sea posible (evolucionar rápido). Aquí es donde la historia se
vuelve interesante.
La
teoría de la evolución de Charles Darwin dice dos cosas, que la supervivencia
del hombre ha sido por medio de la selección natural, la cual en pocas
palabras significa que los organismos que se adaptan más rápido a los cambios
son los que sobreviven, a quienes también se les llama los más fuertes; y segundo punto, para
sobrevivir se necesita el mejoramiento
de la raza por medio de los genes, recordemos que entonces también Charles
Darwin difundía las tres leyes de Mendel de la herencia genética. ¿Cómo influyó esto en el libro? Pues al
principio se nos explica que Buck era cruza de San Bernardo y Mastín y veremos
en toda la historia que enfrentará muchas calamidades las cuales siempre supera
exitosamente. Es decir el mensaje es que sobrevive a cada situación por sus
cualidades genéticas y por su nivel de adaptación. De esta forma se plasmó la
idea de la selección natural.
La
crítica a esa teoría es cuando Buck por
medio de la introspección concluye que
el “truco” del ser humano para ser una raza superior y para sobrevivir es la
“Ley del Colmillo” y la “Ley del Garrote”, muy diferente a las conclusiones de
Charles Darwin ¿o no?. La Ley del Colmillo es aprovechar cualquier ventaja
frente al rival y la Ley del Garrote significa el uso de la violencia. Además,
la única forma de salvarse de la Ley del Garrote sería la adulación (ser perro
faldero) y la manipulación de los más débiles, a quienes solo se les usa para
subir al poder.
Por
lo tanto, el desenlace de la historia no es que Buck se vuelva humano, se
vuelve salvaje. De hecho, otro nombre para el libro es, “La llamada de lo
salvaje”.
De
esta forma London expresó su descontento con todo lo que sucedía durante la
fiebre del oro como: la explotación laboral infantil, los genocidios, la
aparición de leyes xenófobas, los altos índices de criminalidad, el deterioro
ambiental y el maltrato a los animales.
¿La
cultura jurídica tiene que ver con la ley del colmillo y el garrote? Por supuesto, quienes deberían administrar la
justicia, aspiran a ser colmilludos, a tomar ventaja, y no desean ser mejores personas. La defensa
de los débiles se utiliza para la alternancia en el poder y en el peor de los
casos se mata a quien estorba como el caso de Ayotzinapa. En un ambiente así la
justicia en México no evoluciona, seguimos atrapados en un ciclo de dominar y
ser dominado. Se necesita como al final Buck lo hace, conocer el amor al
prójimo y tomarlo como un punto de realización personal.
¿Habrán
sido los hombres de las cavernas peores que nosotros o hemos evolucionado? ¿Podrá evolucionar la
cultura jurídica?
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