El perfume, los criminales y la infancia

 

Por Alba Nidia Morin Flores

El perfume, novela escrita por Patrick Süskind en 1985 ha sido considerada por la crítica como una de las mejores obras de la literatura alemana gracias a su argumento y estilo narrativo. Se popularizó cuando fue llevada a la pantalla grande en 2006 en una coproducción franco-alemana bajo la dirección del alemán Tom Tyker.

La narración adentra al lector al mundo de los olores a través de Grenouille, un asesino en serie cuyo objetivo era la creación de un perfume “que no sólo fuera humano, sino sobrehumano, un aroma de ángel, tan indescriptiblemente bueno y pletórico de vigor que quien lo oliera quedaría hechizado y no tendría más remedio que amar a la persona que lo llevara, o sea, amarle a él, Grenouille, con todo su corazón.” (Süskind, 1991, p. 147).

Para lograr el tan deseado perfume Grenouille asesinó a veintiséis mujeres jóvenes y vírgenes bajo un mismo patrón, les profería un golpe contuso en la base del cráneo, cortaba sus cabelleras, las desnudaba y envolvía sus ropas con un paño engrasado de una mezcla previamente fabricada para extraerles el aroma. Durante la espera “tenía pensamientos alegres“.

La riqueza de la novela permite el análisis desde diversas perspectivas y temáticas, en esta reflexión quisiera atender a las condiciones infantiles por las que atravesó el personaje y que de alguna manera favorecieron su conducta criminal, pues de principio a fin la vida de Grenouille se caracterizó por el rechazo de todos los que lo rodearon.

La vida de repudio comenzó con su madre quien confesó que lo habría dejado morir como lo había hecho con los cuatro hijos anteriores a él, así como de las nodrizas y de los niños del orfanato. Durante toda su infancia fue víctima de malos tratos y algunos intentos de homicidio por parte de los compañeros porque lo consideraban raro y les provocaba repugnancia, asco y desprecio.

La falta de padres, el vivir en un orfanato y la falta de amor son importantes para el desarrollo de una personalidad sana, la carencia temprana de afecto es una experiencia totalmente perturbadora sobre todo en la infancia, circunstancia que se refleja en la estructura de la personalidad.

Esta parte de la obra nos recuerda la importancia del cuidado de los menores para la formación de la vida adulta saludable y para el desarrollo de una mejor calidad de vida. Si bien no todo aquel que haya sufrido abandono necesariamente desarrolle conductas criminales, si es un factor que propicia las adicciones, los comportamientos delictivos en los jóvenes, además de que expone a estos a la explotación sexual y a ser víctimas diversos delitos.

En México, el abandono de menores es un tema de preocupación, pues es uno de los países con mayor número de niños huérfanos en el mundo. Estas cifras se agudizan si tomamos en cuenta el momento por el que la humanidad atraviesa debido a la pandemia por covid ya que acuerdo con cifras recientes nuestro país cuenta con 244,500 niños y adolescentes huérfanos,  una cuestión de preocupación a la cual debemos poner especial atención si queremos construir una sociedad más justa y saludable.