La literatura y la formación jurídica

 



Por Alba Nidia Morin Flores

Actualmente el puente de conexión entre la literatura y el derecho se hace cada vez más sólido. La literatura constituye un espacio en el que, de acuerdo con Mario Vargas Llosa, los hombres inventan una realidad en su anhelo de transformar la vida misma transgrediéndola y criticándola continuamente (1). Por ello, para el escritor peruano, las mentiras de la ficción “sirven para expresar verdades profundas e inquietantes que solo de esta manera sesgada ven la luz.”

Sin embargo, para la formación jurídica la literatura no solo representa un espacio que permite advertir el fenómeno jurídico desde formas diversas de entendimiento al pensamiento formalista y riguroso de la ley, sino que beneficia a la formación del abogado, pues ayuda a la ruptura de las formas tradicionales de enseñanza dogmática del derecho, es una importante aliada en el desarrollo y adquisición de destrezas y habilidades lingüísticas, además de propiciar el desarrollo de la capacidad de escucha, de persuasión y de elocuencia. (3)

Cobran especial importancia el desarrollo de las habilidades lingüísticas, pues gran parte del estudiantado presenta problemas sintácticos y gramaticales por un deficiente conocimiento de la lengua, cuestión que genera dificultad en la expresión de ideas y conlleva la redacción de párrafos interminables, poco o nulo uso de signos ortográficos y uso de terminología vaga e imprecisa.

Por otra parte, de acuerdo con Oatley, catedrático emérito de la facultad de psicología de la Universidad de Toronto, la lectura de novelas permite el desarrollo del entendimiento de las conductas de los otros, así como capacidades empáticas superiores a las de aquellos no lectores.

El desarrollo de estas capacidades empáticas se debe a que la ficción desarrollada en la novela permite explorar la vida de los otros, entendiendo sus valores y sus circunstancias particulares sin juzgarlas:

La característica más importante y distintiva del ser humano es que tenemos vidas sociales. Nos relacionamos con los amigos, la pareja, los niños y esas relaciones no están prepogramadas por instinto. La ficción puede aumentar y ayudarnos a entender mejor nuestra experiencia social (4)

Así, el acercamiento a la narrativa literaria en la formación jurídica provee a los futuros abogados de una serie de herramientas que impactan de forma significativa en su preparación profesional.

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(1) Vargas Llosa (2016). La verdad de las mentiras, España, Alfaguara, 2016, págs. 5-10.

(2) Ibidem. pág. 8.

 (3) Suárez Llanos, L. (2017). “Literatura del Derecho: Entre la ciencia jurídica y la crítica literaria”. En Anamorphosis. Revista Internacional de Direito e Literatura. Vol. 3. Núm. 2, pág. 22.

(4) Oatley, R. (2006). “Fiction: Simulation of social worlds”. En Trends in Cognitive Sciences. Vol. 20. Núm. 8, pág. 620.   

 


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