Sergio Ramírez: entre la dictadura, la palabra y la lucha
Por
Alba Nidia Morin Flores
Como
si de una novela de la dictadura se tratara, el pasado jueves 9 de septiembre,
la Fiscalía General de la República de Nicaragua emitió una orden de arresto en
contra del escritor, político y abogado Sergio Ramírez Mercado por los delitos
de lavado de dinero, bienes y activos, así como de conspiración, fomento e
incitación al odio.
Sergio
Ramírez (1942), quien ha destacado en el mundo literario por haber sido
galardonado con algunos de los más importantes reconocimientos por su
producción artística, entre los que sobresalen el Premio Cervantes en 2017, ha
sido un ferviente luchador en contra de los regímenes autoritarios, encabezando
en 1977 el grupo de Los Doce contra la dictadura de Anastasio Somoza.
Su
última novela Tongolele no sabía bailar
publicada en agosto de este año, actualmente retenida en las aduanas de su
país, parece ser una de las razones principales por las que se le ha dictado la
orden de arresto, pues la obra narra la represión violenta contra las protestas ocurridas en 2018 en diversas ciudades de Nicaragua.
Como
en una espiral sin fin, el reconocido escritor vuelve a ser blanco de la
persecución, el ataque y la represión ya no por la familia Somoza, sino ahora
por el actual presidente de Nicaragua Daniel Ortega, quien en algún tiempo
fuera uno de los opositores a la dictadura de los Somoza y desempeñara, con
Ramírez en la Vicepresidencia, el cargo de Presidente del país de 1985 a 1990.
Lejos
quedaron aquellos años de lucha en contra del autoritarismo por parte de
Ortega, su obstinación por el poder lo ha hecho permanecer en la presidencia desde
2007 y a dos meses de las elecciones presidenciales, nuevamente contendrá para
lograr su quinto mandato, valiéndose, como en toda dictadura, de medidas para
coartar la libertad de prensa, arrestado a sus contrincantes políticos y
persiguiendo a sus opositores.
En un
comunicado, a través de sus redes sociales, Sergio Ramírez se defiende de las
acusaciones de la Fiscalía al señalar la poca imaginación que caracteriza a las
dictaduras, la repetición de los mismos caprichos y mentiras de quienes ciegos
por el poder utilizan la maquinaria represiva para coartar la libertad, la
dignidad y la conciencia. Advirtiendo que su lucha por la democracia y la
libertad permanecerá firme.
Ante
los sucesos ocurridos, inverosímilmente nos encontramos de nuevo frente a lastre
de las dictaduras en América Latina. Los
hechos en contra del escritor Sergio Ramírez nos recuerdan el difícil camino de
las democracias en el continente y la implacable búsqueda de los regímenes
autoritarios por silenciar las palabras que en nuestra región han constituido
verdaderas armas de lucha.
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