El día que Superman enfrentó a la dictadura chilena: una historia de transliteralidad fenomenológica de los derechos humanos

 


Por José Ramón Narváez

1987, Pinochet da un ultimátum a 77 actores y actrices a través de su grupo armado paramilitar: de no abandonar el país en 30 días morirán. El escritor chileno Ariel Dorfman, exiliado en Estados Unidos, coautor de "Para leer al pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo" (Dorfman y Mattelart, 1972) crítico de la cultura pop y conocedor de la narrativa de superhéroes tiene una idea genial, porque no llevar a Superman a Chile para un acto político en defensa de los artistas de aquél país.

Decidió buscar a Christopher Reeve quien desde 1978 encarnaba al superhéroe que era conocido a nivel global, diplomacia pop. Dorfman publicó entonces en el New York Times un artículo sobre las amenazas de la dictadura hacia el gremio artístico y acto seguido contacto a Margot Kidder (Lois Lane en la saga cinematográfica) para pedirle el teléfono de Reeve. 

Finalmente lograron comunicarse, Dorfman fue directo desde el inicio, era una misión suicida, el régimen trataría de eliminarlo, el propio Reeve en entrevista dijo años más tarde que sabía del peligro, que había leído el New York Times, pero que no podía negarse: "Si voy ¿cómo ayudará eso a los colegas chilenos?" Preguntó Reeve, "Si vas, podrías salvarles la vida" dijo Dorfman, "Iré" respondió el actor, y en la entrevista agregó: ¿Qué haces ante tal propuesta de que puedes salvar 77 vidas, a caso decir: tengo que ir al banco?

Christopher Reeve se trasladó a Santiago de Chile, acudió al estadio en el que cerca de 2000 personas se encontraban reunidas, la policía los desalojó y fueron a parar a un teatro donde se llevó a cabo el mitin. Superman comenzó su intervención con un claro castellano: "¡Estoy aquí de actor a actor, de trabajador a trabajador, de amigo a amigo! luego en inglés: "Esta situación es muy grave y VA MÁS ALLÁ DE LOS CÓMICS, mi preocupación es con los DERECHOS HUMANOS" al concluir su participación una ovación de pie no se hizo esperar.

El año siguiente Reeve apoyó el movimiento por el "No" a propósito del plebiscito contra la permanencia de Pinochet, siempre se consideró muy afortunado de haber podido ayudar y dijo que quizá fueron los activistas chilenos los que le ayudaron a entender muchas cosas, hasta su muerte trató de ayudar a otros, incluso aún cuando él mismo se encontraba inmovilizado a raíz de un accidente en un caballo.

El Plebiscito chileno del 88 fue adaptado al cine en 2012 por Pablo Larraín, teniendo como protagonista un actor mexicano (Gael García Bernal), hace un par de años, en España Fran Perez adaptó para el teatro el premiado texto de Pablo Daíz Morrilla "Mitad del mundo" en el que se ficciona el encuentro entre Pinochet y Reeve, acompañado de una banda sonora que le dio un toque muy especial a la puesta en escena.

Básicamente los derechos humanos pueden vivir y representarse de muchos modos, más allá de su vetusto y anquilosado discurso, una vivencia artística a través de una transliteralidad que va de la cultura popular, al activismo y de vuelta, cuando se quiere actuar de forma correcta, los pre-textos sobran y las nacionalidades no importan.


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