¿Justicia latinoamericanista o Justicia Europeísta?: a partir de un lamentable comentario
Por José Ramón Narváez H.
“Escribió alguna vez Octavio Paz
que los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva,
pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos, y eran barcos que venían
de Europa, y así construimos nuestra sociedad”, son palabras de Alberto
Fernández, presidente argentino actual, como dicen: queriendo quedar bien,
demostró su tremendo complejo de inferioridad.
Algunos quisieron ver en esta
expresión un signo de racismo o una ofensa, otros una tremenda falta de cultura
y una ignorancia que se quiere disfrazar con falsas citas no fue el nobel
mexicano quien dijo eso, es la canción “Llegamos de los barcos” (1982), de
Litto Nebbia: “Los brasileros salen de la selva los mexicanos vienen de los indios,
pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos”, y al parecer la frase ha
circulado entre distintos pensadores: Carlos Fuentes, en el prefacio de su obra
“Los cinco soles: Memoria de un milenio” (2000) dice que cuando alguien le
preguntó “¿Cuándo empezó México?” el respondió que ante una pregunta similar su
amigo el novelista argentino Martín Caparrós, le contestó primero con un famoso
chiste: “Los mexicanos descienden de los aztecas. Los argentinos descienden de
los barcos”, pero agregó “La verdadera diferencia es que la Argentina tiene un
comienzo, pero México tiene un origen. Se puede decir con cierta facilidad
cuándo comenzó algo. Es mucho más difícil entender cuándo se originó algo.”
Lo interesante de la anécdota
generada en 2021, es la intertextualidad presente aún hoy en esta era digital:
un chiste famoso, una canción, dos literatos, un presidente; dónde hay una
constante acerca de nuestra identidad latinoamericana, cómo si la procedencia
significara algo (mejor), como si adscribirse a una cultura te diera una posición
(mejor). El barco como símbolo de civilización, la selva como símbolo de atraso
y salvajismo. ¿Pero no fueron los barcos los que trajeron a personas ávidas de
oro y que no escatimaron en eliminar a todo aquél que se les opuso?, ¿No fueron
los barcos los que trajeron acinados a miles esclavos?, ¿No fueron los barcos
los que transportaron nuestras riquezas a Europa a cambio de sufrimiento y colonización?
Está clara la visión de justicia
que Europa por siglos ha manejado, nosotros de manera dialéctica hemos
propuesta “otra”, menos avara, más sustentable, más medioambiental, más humana.
Prefiero venir de los indios y de la selva.
Ahora les dejo la parte que sigue
en el prefacio de Carlos Fuentes para que sirva de reflexión sobre nuestra
identidad la cual nutre nuestra idea de justicia:
Yo quisiera poseer la convicción, o
la clarividencia, necesarias para definir el origen de México, para ponerle
fecha precisa a mi país, pero siempre me encuentro con numerosas dudas que se
me vuelven preguntas:
¿Empezó «México» cuando creció en su suelo la primera planta de maíz?
¿O aquella noche en que los dioses se reunieron en Teotihuacán y decidieron crear al mundo?
¿Comenzamos con la agricultura, o con el mito?
¿Con el hambre de la palabra, o con la palabra del hombre?
¿Quién dijo, en México, la primera palabra?
¿Hubo siquiera una primera palabra, o bastó escuchar el rumor desarticulado, el ladrido del perro, el trino del ave, la oración del sufriente, para convocar un mundo?
Y algo más: ¿Nació México aislado singularmente, o somos, desde un principio, origen y destino de vastas migraciones, hermanados con el resto del mundo por los pies de muchos caminantes?
Hay diversos orígenes posibles para una tierra tan vasta, tan antigua, y tan misteriosa como la nuestra, y todavía tan poco explorada hacia el pasado y hacia el porvenir: mi visión de México está siempre capturada entre el enigma de la aurora y el acertijo del crepúsculo y, en verdad, no se cuál es cuál, pues, ¿no contiene cada noche el día que la precedió, y cada mañana la memoria de la noche que le dio origen?
Permítanme entonces imaginar que, al principio, no había nada…
Sin duda el comentario del presidente de Argentina fue terrible un comentario lleno de ego, creo que nosotros venimos del 0 de los mayas venimos del cielo y las estrellas proyectadas en los ojos de los nativos, esta mal enojarse si nos llamasen indios, somos, existimos desde el origen (como dice el autor) no es quien tiene más y quien menos, todos venimos de un principio y vamos a un final.
ResponderEliminarLos Mexicanos tenemos el misterio tatuado del pasado que a simple vista se nota, en nuestra lengua en nuestra vestimenta en nuestro pensar e incluso sentir. Se ve en nuestros museos, los barcos vinieron a traer pestes, desgracias, la enfermedad de la injusticia! Arrebatos forzados! Penas.
Somos la lucha del ayer lo llevamos en la sangre.
Nuestros colores nuestra forma de ver el mundo
Pero como bien dije todos somos fuimos y seremos el resultado de una estrella que al final de cuentas terminaremos siendo una al extremo del cosmos, de la eternidad.
-Kenya P.
Muy hermosas palabras Kenya, gracias por leer y comentar, me conmoví. Saludos
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