El túnel de Sabato: Una mirada al subconsciente de un asesino
Por
Diana Osmara Mejía Hernández
El
túnel (1948) es una novela corta latinoamericana
perteneciente al género policial que aborda el perfil psicológico de un
criminal. Esta novela, escrita por Ernesto Sabato (1911-2011) a mediados del
siglo XX y que estuvo marcada por el pensamiento de dos grandes personalidades:
Albert Camus y Jean Paul Sartre, acerca al lector al pensamiento y vida del
protagonista, Juan Pablo Castel, un hombre solitario e incomprendido cuya
introspección e individualidad vendrán a consolidar el tema central de toda la
obra: El feminicidio de María Iribarne.
Considerado como uno de los trabajos más
representativos del escritor argentino, El
túnel se nos presenta como una historia que retrata en primera persona la
visión de un asesino impasible que se muestra ajeno e indiferente a los
acontecimientos de su alrededor. Tal y como se expuso en líneas anteriores, es el
personaje principal de la historia aquel que habrá de proporcionar su propia
apreciación de los hechos para así desnudar el sentido de su actuación y hacerla
comprensible, ostentándose a su vez como narrador y protagonista.
Es así como durante toda la obra
observamos a Juan Pablo Castel, un pintor e intelectual en apariencia racional,
narrando los acontecimientos que lo han colocado en la celda desde la que describe
los motivos de su crimen. Se trata, pues, de una técnica narrativa peculiar en
la que, a diferencia de muchas otras obras, el autor desvela el desenlace de la
historia desde el inicio del libro. Bajo ese entendido, Castel comienza
confesando que mató a María Iribarne Hunter en un afán por hacer justicia con
su propia mano en contra de aquella mujer culpable, de acuerdo con sus palabras,
de su sufrimiento y angustiante existencia.
Los desórdenes mentales del criminal se
hacen evidentes conforme se avanza en la lectura. El apego inusitado a María,
las diversas formas de ejercer violencia a su compañera afectiva, las conductas
iracundas y misóginas, así como las crecientes obsesiones son solo algunas de
las singularidades que el protagonista apunta, aunque de forma desafortunada,
para encontrar la comprensión de alguien y, con ello, justificar el feminicidio
cometido.
Por otro lado, la historia del
protagonista puede comprenderse desde la metáfora de un túnel debido a que los
acontecimientos transcurren dentro de él en un paisaje oscuro que no tiene
salida. Es, al mismo tiempo, un entorno kafkiano de interminable angustia donde
Castel vive atormentado y condenado por él mismo, tal y como la divinidad
condenó a Sísifo a cargar eterna e inútilmente una piedra en su espalda hasta
lo más alto de una montaña sin conservar ninguna partícula de esperanza.
En El
túnel, Sabato se esfuerza por crear un personaje que, pese a su intelecto y
grandes dotes artísticas, se muestra como un ser pasional en el que subyacen numerosas
obsesiones y padecimientos que nadie logra comprender, ni siquiera él mismo. Con
ello, no sólo se observa una narrativa de corte existencialista en el que el
protagonista expone su desesperanza y pesadumbre hacia su vida, sino que, a su
vez, es posible advertir en la literatura una referencia del imaginario
jurídico en la que se delinean los rasgos característicos del subconsciente de
un asesino. Estos cruces entre las disciplinas literaria y jurídica han sido
desarrollados en E.U.A. y pueden explicarse, fundamentalmente, desde la intersección
Derecho en la literatura, misma que presenta obras literarias con contenido
jurídico.
Hace tiempo que no tenía tantas ganas de leer un libro, voy a comenzarlo y espero brindar mi opinión después.
ResponderEliminar-VRVS, 2153.
Gracias, Valery. Espero que te guste la lectura de ese libro!
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