Elementos de la cultura zapoteca: el derecho a decir adiós (reivindicaciones narrativas)

Por Gloria Ángeles Cruz López 

Hablar de la cultura zapoteca (500ac - 950dc), es hablar de uno de los pilares más importantes de la cultura en México, dicha cultura floreció  principalmente en el actual estado de Oaxaca, como centro de desarrollo humano más importante de dicha cultura se encuentra Monte Albán, el cual se estableció  en un cerro en la capital oaxaqueña, como toda cultura mesoamericana tuvo un gran desarrollo en diversas áreas como el arte, arquitectura, astrología, entre otras, además de tener un enorme florecimiento, cuyos vestigios dan cuenta de ello.

La cultura zapoteca se caracteriza por su gran misticismo, ya que adoraban a sus antepasados, por lo que desarrollaron el culto a la muerte, además adoraban un panteón de dioses, encabezado por el dios de la lluvia “Cocijo”, sobretodo desarrollaron un centro religioso denominado Mitla, el cual era el mictlan, lugar de los muertos, con eso dan cuenta de lo importante que resultaban sus antepasados para dicha cultura.

Posteriores a los siglos de dominación española, cuyo impacto fue devastador para dicha cultura, ya que se perdió mucha tradición guardada por ellos; surge el mestizaje, con lo cual se funden dos tradiciones la zapoteca y la española y surge una nueva cosmovisión que encontramos en la actualidad y surgen canciones como "La Martiniana"; en donde se evidencia el sentimiento de nostalgia y tristeza por la muerte de un ser querido y de quererlos tener: “…niña cuando yo muera, no llores sobre mi tumba, cántame un lindo son, cántame la sandunga, no me llores no, no me llores no, por que si lloras yo muero en cambio si tu me cantas yo siempre vivo y nunca muero…”(sic). La memoria como elemento fundador de la cultura y la sociedad, mantener vivos a través de una cierta narrativa con una melodía adyacente, un recuerdo.

Esa sensación de que los seres queridos no se han ido, que permanecen con nosotros o en algún lugar; con la esperanza de volverse a ver en otro momento, ahora con la pandemia se evidencia la necesidad que tenemos todos de despedir a nuestros seres queridos que tienen que partir; y además, demostrar ese dolor por su pérdida. Una tanatología que se vuelve un derecho, que consiste en tener el tiempo y las condiciones para decir adiós.

Considero que no había existido pandemia igual a esta, que nos arrebata tantas libertades, inclusive la de dar el último adiós o el hasta pronto a nuestros seres queridos y esto nos enseña a valorar tantas cosas, que las damos por hecho, como había sido una simple comida familiar o una visita a casa de los abuelos.

Como seres humanos del pasado, presente y futuro tenemos los mismos sentimientos y en ciertos casos hasta los mismos pensamientos, sobretodo el hecho de querer trascender a lo que siempre ha representado un gran enigma la muerte, pero nos toca enfrentarla a todos por igual y esa si que no tiene condición social  y tampoco lugar favorito, por lo que debiéramos estar preparados para su llegada, que esperemos no sea pronto y que mas tarde que nunca le encontremos el fin a esta pandemia, que a diario cobra muchas vidas…en memoria de todos aquellos que no pudieron ser despedidos y por todos los que les sobreviven, por que como buenos mexicanos y sobretodo oaxaqueños, seguiremos con el culto a la muerte, por nuestros seres queridos…