Chernóbil lega a la humanidad que es muy fácil convertirse en tierra
Por Elizabeth Mendoza.
“No se habla de
otra cosa que de la muerte. Los niños piensan en la muerte. Cuando es algo que
se piensa al final de la vida, no cuando esta comienza”.
El premio Nobel de
Literatura en 2015, Svetlana Alexiévich, articula en Voces de Chernóbil lo
que nadie había hecho hasta entonces: dar voz a quienes, hasta ese momento,
habían sido silenciados.
A lo largo de su
carrera como periodista, ensayista y desde luego, como escritora, Alexiévich ha
articulado su propio género literario, al cual ella misma denomina “novelas de
voces”. En él, los narradores son
mujeres, son hombres, son niñas y son niños comunes. Son personas sin voz, las
cuales, pudieron haberse llevando sus historias de vida a la tumba, pero, que,
gracias a la autora, tienen la oportunidad de legar al mundo un grupo de
valiosos, reales, crudos y extraordinarios testimonios de primera instancia
sobre lo que sucedió en Chernóbil, antes, durante y después del accidente
nuclear en Prípiat aquel 26 de abril de 1986.
Mucho se dice sobre
ésta, la catástrofe nuclear más devastadora del mundo y, sin embargo, poco se
sabe sobre ella. Por ejemplo, muchos saben que el accidente se debió a una explosión
en el reactor 4 debido a las fallas en una prueba, pero es poco socializado que
Vladímir Ilich Lenin era el nombre de esta central nuclear. ¿Por qué
reflexionar sobre lo anterior? Porque, éste y muchos otros detalles que se
quedan “entre líneas”, pasan inadvertidos y, al enfatizar en ellos, somos
conscientes de que éstos nos dan las pautas para comprender perspectivas
transversales a esta historia.
“El ruso siempre
quiere creer en algo”, es el nombre de unos de los monólogos más impactantes de
esta novela. Y así, vincula la idea que antes refiero y da cuenta de que, en
efecto, el ruso, antes de Chernóbil, creyó en Tolstói, en Chejóv y en
Dostoievski. Creyó en los ideales de la Revolución de Octubre. Pero, después de
Chernóbil, ¿en qué cree el ruso? ¿Cree que Chernóbil es una guerra contra un
enemigo conocido, pero jamás visto? ¿Cree que tarde o temprano, sobre lo
acontecido ahí, se hará justicia?
Una de las más
destacables acciones de Alexiévich, es que en esta novela y a través de los
monólogos y testimonios que en ella compila, podemos leer, de viva voz, las
características de un pueblo tan particular y tan enigmático como el ruso.
Podemos significar lo que fue “desayunar, comer y cenar” comunismo, de la
propia voz del liquidador, de la esposa de liquidador, de la madre, del
profesor universitario, de la maestra rural, del operador de cine, del médico
rural, del ingeniero químico, del diputado, del fotógrafo.
Podemos, así,
reflexionar sobre los alcances de un poder desmedido pero legitimado, además de
repensar las consecuencias que, hasta la fecha, los habitantes de esta región
han tenido que vivir a causa de las mentiras enunciadas por su gobierno, “desde
lo más próximo, hasta lo más lejano”.
La autora no nos
acerca a las cifras “oficiales” que el gobierno ruso emitió toda vez que se
pronunció sobre esta catástrofe. La autora tampoco nos acerca a la pantalla o
al papel. Lo que Alexiévich sí hace, es acercarnos a la dimensión humana de los
hechos; a la dimensión humana de quienes estuvieron ahí y de cómo ésta
comprende, desde lo individual y lo colectivo, que después de Chernóbil, nada
volverá a ser igual. Chernóbil “está mas allá de Kolimá, de Auschwitz y del
Holocausto”. Chernóbil es “entrar en el mundo de puntillas y detenerte en el
umbral”.
Hoy, a casi 35 años
de lo sucedido al norte Ucrania, en la región de Kiev, dentro de la ciudad de
Prípiat, Voces de Chernóbil articula que, muchas veces, la muerte puede
ser muy bella. Voces de Chernóbil lega a la humanidad que… es muy fácil
convertirse en tierra.
Chernóbil marco la historia de la humanidad, a poco tiempo de un giro jurídico y de dignidad nadie tenía contemplado ni esperado un fenómeno de tal magnitud. Tras la creación de la ONU con los supuestos reparos de la 2da Guerra mundial,el establecimiento de los derechos humanos se ve como la vida de Miles de personas en manos de solo unas o pocas de ellas; queda claro que la vida en un segundo se va y se deroga solo deja huella y domingos de existencia como las leyes son derogadas y quedan de base.
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