¿SE PUEDE COMPRAR LA REALIDAD? ENTRE CAN´T BUY ME LOVE Y FAMILY ROMANCE LLC



 

Por Marco Antonio Contreras Minero


La última película de Werner Herzog, titulada Family Romance LLC, nos revela una realidad poco convencional. José Revueltas sostenía que en toda obra de arte hay una misteriosa dualidad, la cual ejemplificaba a través de la poesía, expresando que el poeta “ha escrito palabras pero la magia, la verdad en suma, radica no en las palabras dichas, sino en las escuchadas, en las que el artista no escribió pero que nuestro espíritu oye al leer sus versos”[1], nosotros coincidimos con esta aseveración y consideramos que en similar sentido opera la realidad, ya que ésta surge en la sociedad con la complicidad de las demás personas.

Siguiendo con Revueltas, esa dualidad de la obra de arte se evidencia en el cine cuando “una imagen nos insinúa, nos descubre otra, la imagen secreta, la imagen verdadera, la que en su literalidad no pueden darnos los vocablos”[2]. La película de Herzog tiene esa cualidad, sin la parafernalia característica del cine hollywoodense, es capaz de mostrarnos una realidad que nos puede gustar o no, pero que al final de cuentas el director crea para que la apreciemos; aquello que no se puede expresar con palabras quizá sea lo más valioso de la película.

La historia que nos cuenta Herzog, como es su costumbre[3], se disputa entre la realidad y la ficción, el formato no es propiamente el de un documental, pero en ocasiones así lo parece. El eje de toda la película gira en torno a una empresa cuya denominación es Family Romance LLC, en la cual, el cliente puede contratar los servicios de un actor para que cumpla con un determinado rol, los actores suplantan a personas o bien crean una situación concreta satisfactoria para el cliente; de esta manera, podríamos decir que Family Romance desafía la famosa tesis de los Beatles: Can´t buy me love. 

Antes del inicio de la película aparece una especie de introducción[4] en la que Herzog menciona que la empresa Family Romance, en realidad existe en Japón y que la película es una creación a partir de los servicios que ésta ofrece, además, nos menciona que uno de los actores principales de la película, Ishii Yuichi, quien conserva su nombre real en la cinta, es fundador y colaborador de Family Romance; lo anterior, hace que como espectadores constantemente nos estemos cuestionando durante la película hasta que punto podría ser real lo que se nos presenta, por momentos, podemos tener esa sensación de no saber qué parte es real o ficticia, tal y como sucede cuando leemos por primera vez el cuento, “El idioma analítico de John Wilkins” de Jorge Luis Borges.

En la película, podemos ver escenas con diversas realidades creadas a partir de los servicios de Family Romance, la historia principal nos muestra que Ishii Yuichi, se hace pasar por el padre de Mahiro, una adolescente que no tiene recuerdos de su padre biológico, esto es posible, debido a que la madre de Mahiro, contrata los servicios de la empresa.

En una escena que nos gustaría destacar, vemos que Mahiro le muestra su perfil de Instagram a Ishii Yuichi, le enseña una foto y le cuenta sobre un viaje que ha hecho con su madre a Bali; Ishii Yuichi le narrará la historia a la madre de Mahiro quien le dirá que en realidad nunca han estado en Bali y que todo fue una mentira; vemos entonces que, Ishii Yuichi cree conocer la realidad, no obstante, se da cuenta en ese momento que no solo él miente sino que Mahiro también le miente, esto, nos muestra lo inabarcable que es la realidad, nos recuerda el “efecto Rashōmon” y la frase “todos mienten” pronunciada por uno de los personajes de la reconocida película “Rashōmon” de Akira Kurosawa.

Además, podemos interpretar de forma distinta la escena antes descrita, nos sería un útil ejemplo para abordar el tema de las realidades que se crean a través de las redes sociales, ¿acaso sería posible negar que hoy en día las redes sociales crean realidades?, las redes sociales en cierta medida determinan comportamientos, son creadoras y máximas difusoras de lo que Pierre Bourdieu denominó habitus[5], así, lo mismo sirven para “comunicarnos” que para dominarnos, aunque de acuerdo con Byung-Chul Han[6] es más bien la última.

La línea divisoria entre el mundo digital y el “real” se diluye con facilidad, los límites de la tecnología también son abordados en la cinta de Herzog, en una escena, observamos que Ishii Yuichi, asiste a un hotel en donde todos los empleados son robots y queda fascinado observando unos peces robot de una pecera del lobby, en este momento resuenan los cuestionamientos sobre los límites de lo real.

La realidad, la política y la tecnología, convergen hoy más que nunca, un ejemplo lo podemos encontrar en el escándalo mediático que supuso en Estados Unidos, el descubrimiento de las actividades de la empresa Cambridge Analytica, la cual, a través de la recopilación y análisis de datos de los electores en dicho país, sirvió a grupos políticos para mostrarles “cartográficamente” lo que pensaba los electores.

Casi al final de la película, Ishii Yuichi habla con un amigo y se le ve dudoso sobre su trabajo en Family Romance, si analizamos dicha escena, observamos a un personaje que se cuestiona sobre la realidad, Ishii Yuichi le confiesa a su amigo: “a veces, me pregunto… si mi propia familia… pudo haber sido contratada por alguien… ¿y si ellos fueran solo actores interpretando papeles?”.

El cine, como el derecho, crea realidades, las cuales se circunscriben a un espacio y tiempo determinado, durante el lapso de la película, nos sometemos a ese efecto ilusorio que nos hace vivir emociones creadas mediante elementos yuxtapuestos en el montaje; sobre este punto, José Revueltas menciona que, el arte “no obliga a la transcripción servil de la realidad, sino a la creación de una realidad nueva”[7]. Herzog, argumenta sobre su largometraje que, pese a que todo es performance, aún así pueden distinguirse emociones reales. Lo cierto es que la película permite diversas interpretaciones, por lo tanto, como espectadores al final podemos elegir entre la tesis de Can´t buy me love o la de Family Romance LLC.



[1] Revueltas, José, El conocimiento cinematográfico y sus problemas, México, Era, 2014, p. 19.

[2] Idem.

[3] Tal y como ocurre en otras de sus películas, por ejemplo: Fitzcarraldo (1982).

[4] Esta introducción aparece en la plataforma MUBI, disponible en: https://mubi.com/es

[5] El habitus desde la teoría de Bourdieu, es el “sistema de disposiciones […] que se fraguan en los procesos de socialización y aprendizaje, de la familia y la escuela, de las condiciones materiales de existencia y de clase (estructuras estructuradas), y a su vez son el principio que organiza todas las apreciaciones y actuaciones de los agentes que contribuyen a formar el entorno, de manera que condicionan, determinan, y orientas las prácticas de los agentes de acuerdo a ese esquema (estructuras estructurantes)” Cfr. García Inda, Andrés, “Introducción” en Bourdieu, Pierre, Poder, Derecho y Clases Sociales, trad. por María José Bernuaz Beneitez et. al., 2a ed., Bilbao, Desclée, 2011, pp. 25- 27.

[6] Byung-Chul Han, menciona que en oposición a la idea de panóptico de J. Bentham, actualmente existe un panóptico digital, en el que los residentes “se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad”. Véase, Chul- Han, Byung, Psicopolítica, Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder, trad. por Alfredo Bergés, 1a ed. digital, Barcelona, Herder, p. 11.

[7] Revueltas, José, op. cit., p. 33.


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